El Gobierno anunció que reducirá el Impuesto PAÍS de 17,5% a 7,5% en septiembre (no se sabe en qué momento del mes) y comenzaron las especulaciones. Una pregunta que se escucha en estos días en el sector automotor es qué pasará con el precio de los 0km.
Hay mucha expectativa como sucede cuándo se alude a algún tipo de rebaja fiscal. Los consumidores se preguntan si conviene esperar para comprar un vehículo teniendo en cuenta que este recorte podría impactar en el precio de los autos de forma positiva.
Consultados por arodarpost, varios empresarios del sector –importadores y fabricantes – dieron pistas sobre lo que puede suceder. La conclusión que se saca es que hay que ser prudentes con esas expectativas. Hay que tener en cuenta un detalle: los empresarios no van salir nunca a decir, alegremente, que van a bajar los precios porque eso le frena la demanda actual. Aclarado esto, veamos.
Lo primero que hay que entender es que, si bien la baja impositiva es de 10 puntos porcentuales, no se puede esperar un traslado lineal sobre el precio al público.
Por un lado, están los importadores de marcas que no tienen fábricas radicadas en el país. Representan no más del 3% del mercado. En ese caso, poco cambio habrá ya que, desde hace tiempo, están importando por los dólares financieros y no sobre el oficial, que es sobre el cual se aplica el Impuesto PAÍS.
“En nuestro caso, no importamos por el oficial sino por el Contado con Liqui. Así que no nos cambia nada. Sólo estaremos atentos a lo que hagan los fabricantes – que son los que importan el 97% de los autos – para ver si hay que acomodar algún precio, resignando rentabilidad. Nada más que eso”, explicó un importador de marca no radicada.
Otro tema que hay que tener en cuenta es que esos 10 puntos que se reducirá el impuesto impactan sobre el costo de importación del 0km que es mucho menos que el valor al que se vende.
“El impuesto se aplica sobre la base imponible. Entonces, al valor al público, una baja de 10 puntos del PAÍS puede representar 4% sobre el precio de venta”, dijo otro importador.
Por el lado de las fábricas agrupadas en ADEFA, aclaran que no se puede esperar una baja general de 10% en el precio de los 0km.
Por el lado de los vehículos que importan, por el mismo motivo recién explicado sobre los importadores. Se aplica sobre el valor de llegada al puerto. Antes de otros impuestos, como IVA, Ingresos Brutos, “Lujo”, etc y márgenes de automotriz y concesionaria.
Por el lado de los vehículos nacionales, sólo afecta a las piezas importadas. Las autopartes nacionales, los costos laborales, los costos de energía y servicios son todos en pesos. Todo eso puede representar 50% o más del costo de fabricar un auto. Por eso, no se va a trasladar nominalmente la baja impositiva.
Los autos vienen aumentando entre el ritmo de la devaluación (2% mensual) y la inflación. En promedio la suba mensual se está dando entre 2% y 4%.
Si el impacto de la reducción del Impuesto PAÍS es de un 4% o 5% en el precio final, lo que va a sentir el comprador es que, por ejemplo, en octubre – si se reduce en septiembre – los 0km no aumenten. No que bajen. Lo mismo sucederá a partir de diciembre si es que se cumple la promesa oficial de eliminarlo del todo. Otro tema a considerar es el nivel de stock, que es de unos dos meses de ventas. Esos 0km se importaron o fabricaron con el impuesto pleno. Ya no se benefician con la baja impositiva que se realice, por lo que puede demorarse un poco el impacto en precios hasta que se vendan esas unidades. El beneficio fiscal será para los vehículos que se importen o fabriquen desde septiembre. En el sector se comenta que alguna automotriz frenó la nacionalización de vehículos en el puerto para ingresarlos en septiembre con la rebaja impositiva.
Entonces, ¿no va a haber beneficio alguno con la rebaja impositiva? Eso es otra cosa.
En el sector se cree que, más allá de la cuestión técnica y la incidencia real de la baja tributaria, la medida va a provocar un impacto positivo en el mercado.
“Si alguien puede vender sin bajar el precio y mejorar la rentabilidad, no se va a sentir la reducción del impuesto. Si una marca ve que no vende, va a bajar el precio por el impuesto y tal vez por un porcentaje mayor que su incidencia real. Hoy el dueño de la pelota es el mercado, el comprador. No hay restricciones, no se necesitan permisos para importar”, explicó un experimentado empresario automotor.
Este es el punto clave. Dependerá de cada marca y concesionaria si apuntará a ganar mercado o a mejorar rentabilidad. También, de cada jugador: si una automotriz sale con precios agresivos, obligará a la otra a acomodar sus precios. Dependerá de esa competencia. Y, en ese caso, es posible que en un mercado con mayores facilidades para importar, más competencia algo termine beneficiando al consumidor.
La demanda hoy está más sólida que hace unos meses, porque los precios se acomodaron, a través de bonificaciones. Tal vez no baje el valor de lista, pero sí se amplíen las bonificaciones. La conclusión podría ser que todos los autos no van a bajar 10%, pero tampoco que el mercado no sea indiferente a la reducción impositiva.