Laberinto automotor: en 2025 crecerá la producción de autos (bueno), pero provocará un fuerte aumento del déficit comercial de autopartes (malo)

Horacio Alonso

La Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes (AFAC) difundió su clásico informe sobre comercio exterior del sector con datos interesantes.
El resultado de los primeros ocho meses del año muestra que la balanza comercial de autopartes arrojó un déficit de u$s5.703 millones, reduciendo el saldo un 12,8% respecto al mismo periodo de 2023, explicado en parte por el impacto de la caída en el nivel de actividad sobre las importaciones.
Esto quiere decir que la reducción del déficit no surge de un dato positivo (como sería, por ejemplo, la mayor nacionalización de piezas) sino de la baja en la producción de vehículos. Hay que tener en cuenta que 60% o más de las autopartes que se usan para fabricar un vehículo es importada.
Las exportaciones, en tanto, cayeron un 2,7%, cerrando el periodo analizado en u$s864 millones.
Las importaciones de autopartes se redujeron durante enero-agosto de 2024 un 11,6% interanual, alcanzando los u$s6.567 millones. Al analizar la producción de vehículos, durante el periodo enero-agosto de 2024 se fabricaron 312.822 unidades, un 23,4% menos respecto a 2023.
Lo que confirma esta radiografía del sector es que el déficit comercial se reduce por la caída de la producción de autos. En contraste, aumenta si la fabricación de vehículos crece.

Producción

Este punto es importante porque, para 2025, las proyecciones de ADEFA –la asociación que agrupa a las terminales automotrices – marcan un crecimiento en la producción.
Todavía no hay un número cierto sobre cuánto será esa mejora, pero sí que el volumen será más alto. Toyota, Ford y Peugeot, por ejemplo, son tres fábricas que van a incrementar la producción.
Por este motivo, el déficit comercial de autopartes va a incrementarse y dejará expuesto la dificultad que tiene el sector para crecer sin ser un peso en la balanza cambiaria, más allá de que, si se mide exclusivamente la balanza de vehículos terminados (sin tener en cuenta a las autopartes), se logre superávit comercial.
Los problemas de costos, competitividad y escala explican esta situación.
«Los desequilibrios comerciales del sector autopartista requieren un abordaje desde múltiples puntos de vista, abarcando tanto decisiones estratégicas por parte de toda la cadena de valor automotriz como también la necesidad de avanzar muy rápidamente en una agenda de mejora de la competitividad. Ello es esencial en una cadena productiva como la automotriz donde la mayor parte de la producción depende de la exportación, que en este caso sería del 61,7% «, manifestó Juan Cantarella, Presidente Ejecutivo de AFAC.

Brasildependencia

Si se analizan el flujo de intercambio por países o región, lo que queda claro es que sólo se puede exportar a Brasil, ya que las ventas a otros destinos son simbólicas, con montos de exportaciones de piezas a otros mercados que son irrisorios.
Por ejemplo, de Japón se importa por u$s622 millones y le exporta por apenas u$s410.016, el valor de un departamento de 150 metros en una buena zona de Belgrano.
Los principales socios comerciales de la Argentina en el sector fueron Brasil, con un déficit comercial de u$s1.602 millones (importaciones por u$s2.167 millones y exportaciones por u$s566 millones); el Bloque de la Unión Europea, con un saldo negativo de u$s1.240 millones (u$s1.315 millones de importaciones y u$s75 millones de exportaciones); Tailandia, con u$s733 millones de saldo deficitario (importaciones por u$s733 millones y exportaciones por u$s524.967); Japón con un déficit comercial de u$s622 millones (importaciones por u$s622 millones y exportaciones por u$s410.016); Estados Unidos, acumulando un déficit de u$s422 millones (u$s468 millones de importaciones y u$s45 millones de exportaciones).
Los principales rubros comercializados fueron “Transmisión” (déficit de u$s1.244 millones, u$s1.556 millones de importaciones y u$s311 millones en exportaciones); “Componentes de motor” (Déficit de u$s910 millones, u$s1.040 millones de importaciones y u$s130 millones de exportaciones); y “Eléctrico” (Déficit de u$s901 millones, u$s930 millones de importaciones y u$s28 millones en exportaciones).
«La velocidad con la que logre mejorarse la competitividad y desarrollo industrial del país debe ir en paralelo, como mínimo, con las medidas de apertura del comercio internacional. Un marco estable y previsible como en el que se está avanzando es condición fundamental para generar inversiones, pero al RIGI y demás regímenes deben sumarse instrumentos que integren a la totalidad de la cadena de valor automotriz «, concluyó Cantarella.

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