Hace tres meses que se liberó la importación de autos. Misterio: ¿Por qué no se importan más 0km?

Horacio Alonso

Por Horacio Alonso

La decisión que tomó el Gobierno sobre las importaciones del sector alimentario puso en primer plano el tema de la apertura comercial y demostró que sigue existiendo una confusión sobre el tema.

Los títulos de los medios hablaron de “abrir las importaciones”. En realidad, las importaciones ya están “abiertas”.

Desde que la gestión de Javier Milei dispuso cambios en el régimen de comercio exterior y puso fin a las SIRA -el permiso que se requería para poder importar-, las importaciones están liberadas. No sólo la de los alimentos. Todas. También las de autos.

En una entrevista que se publicó en el diario Ámbito Financiero, hace poco más de un mes, (https://www.ambito.com/belcastro-hoy-hay-libertad-total-importar-autos-n5933803), el presidente de la cámara de importadores (CIDOA), Hugo Belcastro, explicó que ya regía la libertad total para importar. No hay que pedir ninguna autorización. Sólo informar la operación por una cuestión administrativa y estadística. Se puede importar lo que uno quiera y la cantidad que quiera. (Obvio, dentro de la legalidad)

El único inconveniente que existe (y ahí está el problema) es que no se pueden pagar esas importaciones por adelantado o contra entrega de productos.

El régimen de comercio exterior vigente establece que el importador debe darle los pesos al Banco Central y este organismo le tiene que entregar los dólares, al cambio oficial, para cancelar la deuda en el exterior.

El importador no puede pagar directamente al proveedor de afuera.

Hasta diciembre existía la posibilidad de utilizar dólares propios pero ya no.

El problema es que, ya desde el gobierno anterior, el mecanismo funcionaba de la siguiente forma: el importador tenía que financiar sus importaciones (a través de crédito de los proveedores o de las casas matrices) y el BCRA le iba a liberar los dólares en un plazo determinado. El motivo es porque el país está quebrado y no hay divisas.

El Central nunca entregó los dólares prometidos y las empresas o emprendedores se quedaron con la deuda millonaria que todavía sigue siendo un problema. Esta fue responsabilidad de Sergio Massa

Hoy sigue ese sistema. Pero desde el 13 de diciembre hay un nuevo cronograma para recibir esos dólares. Es decir, se puede importar libremente, pero hay que financiarse hasta recibir las divisas y poder pagar.

En el caso de los autos terminados, el plazo es de 180 días desde iniciada la operación. Para insumos o autopartes son 30, 60 o 90 días. Y se viene pagando. Esta es una gran diferencia con el gobierno anterior.

Una importación de un 0km iniciada en esa fecha, va a tener los dólares para pagar el 13 de junio.

La pregunta que hay que hacerse, entonces, es por qué no se importan más autos si hay libertad para hacerlo. La respuesta es porque es caro.

Hoy, en el mercado interno, los 0km tienen precios en dólares por arriba del promedio de los últimos años. Esto se debe a que aumentó, en los últimos tiempos, la presión impositiva y porque hubo una fuerte devaluación que encareció los costos.

Los más accesibles rondan los u$s20.000 al oficial. Esos valores son muy elevados para los salarios devaluados y eso explica la caída de las ventas.

No hay mercado que convalide esos precios.

Y ahora vamos a la explicación de por qué no hay mayor importación de autos si hay libertad para hacerlo.

Una fuente del sector me explicó el encarecimiento que implica en el valor de un auto esa financiación por seis meses que deben hacer: “Importar un auto hoy, con la espera de seis meses para recibir los dólares, implica un encarecimiento de alrededor de 30 puntos sobre el valor de compra. Si importa y le tengo que cargar el costo financiero, ese auto queda fuera del mercado. El consumidor no va a pagar el valor al que tengo que venderlo. ¿Lo puedo importar libremente? Sí, pero nadie me lo va a comprar. Entonces, no lo importo. Ese el motivo por el que no se están importando más autos.”

Según esta fuente, el recargo financiero representa un 30% adicional sobre el valor del auto a importar. A los autos ya caros, hay que sumarle este sobrecosto.

“Si a mì me sale u$s10.000 importalo, pagándolo por anticipado como se hizo siempre, hoy me cuesta u$s13.000. Sobre eso hay que calcular los impuestos y demás cargos”, agregó.

Por ejemplo, por ese recargo, un Fiat Mobi de Brasil tendría que venderse al mismo precio de un Cronos nacional, que es de un segmento mayor.

El presidente de Toyota, Gustavo Salinas, reconoció hace unas semanas que estaban perdiendo plata con los autos que importaban de Brasil o Japón porque no podía venderlos a un precio que le diera rentabilidad.

Este retraso en la liberación de los dólares por parte del Banco Central funciona como una traba para la importación. Es un desaliento para traer más vehículos y ampliar la oferta.

Esto le pasa a las terminales ya los distribuidores de automóviles no radicadas. Puede haber excepciones de alguna marca que apunte a un público de alto poder adquisitivo que esté dispuesto a pagar, pero es la excepción.

Por eso, pese a estar liberada la importación, en el sector no se prevé que la oferta de 0km de afuera crezca en el corto plazo.

Hasta que no se normalice el flujo de divisas, va a ser difícil que se importen más autos. Hay apertura comercial, pero no cambiaria.

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