El deslumbrante Salón del Automóvil de Shanghái contado en primera persona por un empresario argentino

Redaccion

En estos días se está llevando a cabo el Salón del Automóvil de Shanghái. Sin duda, China es hoy el centro de la industria automotriz mundial. El avance de ese país está haciendo temblar a las marcas tradicionales. No sólo por la cantidad de vehículos que produce, sino por el crecimiento en materia de calidad de sus productos. Europa y Estados Unidos están jaqueados por las marcas chinas que penetran en todos los mercados. Desde las automotrices argentinas, tanto las radicada como los importadores oficiales, enviaron directivos de sus empresas para ver las novedades que hay en ese salón y para analizar marcas y modelos que pueden llegar al país. Más, ahora, que el Gobierno está incentivando la competencia con bajas de impuestos en segmento como los vehículos híbridos y eléctricos. Uno de estos empresarios (al que preservaremos la identidad) tuvo la amabilidad de contar para ARodarPost su experiencia al visitar esa megamuestra. La visión directa de ese mundo que está a años de distancia del argentino. También se anima a hacer un pronóstico sobre lo que puede pasar en la industria mundial y la local con el fenómeno chino en los próximos años. Este es su interesante relato.

Voy a transmitir algunas observaciones y ensayar algunas prematuras conclusiones sobre la industria automotriz actual y su futuro, en base a lo que pude ver en 10 días en China, habiendo visitado el Salón del Automóvil de Shanghái y algunas fábricas de autos y de autopartes. 

El Salón del Automóvil es impresionante, empezando por lo edilicio. Se hace en el National Convention Center, que es un centro de convenciones de un tamaño 50 veces más grande que La Rural, como mínimo. Tiene aeropuerto, estación de tren de alta velocidad y metro anexos. Todo es impresionante, todo desproporcionadamente grande. 

En el Salón exhiben, en stands espectaculares por su diseño y calidad, todas las marcas del mundo (excepto Tesla). Hay marcas, por ejemplo y Volkswagen y Audi, que tienen dos stands: uno para el mercado doméstico (de su sociedad SAIC-Volkswagen) y otro para el mercado mundial, directamente de Volkswagen. 

Estaban casi todas las marcas que conocemos, sí, pero por lo menos la mitad de las marcas yo no las conocía. Marcas que nunca había escuchado nombrar ni había visto en ninguna red social, con stands del tamaño de Volkswagen.

En todo momento en la visita al Salón y a las fábricas, no pude dejar de pensar que algo hay algo insostenible en todo este boom, que es demasiado, que algo tiene que pasar.  ¿Y qué creo que va a pasar? Tuve la oportunidad de recorrer una de fábrica de Yangfeng, que es hoy uno de los fabricantes de autopartes más grandes del mundo.

Pero no es un fabricante de autopartes como el que nosotros imaginamos o tenemos en Argentina o Brasil. Esto era un centro de diseño de autos llave en mano, algo que no pensé que podía existir pero que explica mucho de lo que estamos viendo en China y en el mundo, y también de lo que va a venir.

Yangfeng se dedica exclusivamente a fabricar interiores y exteriores de autos, pero completos, llave en mano. Nos hicieron un tour por su centro de diseño y comercialización. Nos mostraron como desarman los autos de la competencia para hacerles ingeniería reversa, sacarles las mejores ideas y mejorarlas aún más.

Nos mostraron, en un anfiteatro preparado especialmente para recibir clientes y mostrarles ideas, un prototipo de un auto completo (sin batería ni motor, ya que ellos no lo hacen) que parecía del futuro: puertas que se abrían hacia adelante y hacia atrás, asiento trasero completamente rebatible para convertirse en cama, techos que se convierten en televisiones y consolas de videojuegos, asientos delanteros con movimiento 360 para convertirse en un pequeño living e infinidad de innovaciones adicionales.

Pero lo más fascinante de esto no eran todas las innovaciones en sí, sino lo que estábamos haciendo nosotros ahí, y lo que los de Yangfeng lograron en ese lugar. Yangfeng usa esa facility para recibir clientes, ya sea OEMs o cualquiera que quiera fabricar un auto y pueda pagarlo, para mostrarle ideas y permitirle diseñar un auto completo a su antojo, con todo lo que necesite de interiores y exteriores.

El cliente diseña, elije de un menú ¨a la carta¨, y Yanfeng le entrega el auto exactamente como lo pidió, en semanas. Esencialmente, cualquier OEM, cualquier marca de cualquier rubro, cualquier persona, hoy puede ir a una empresa como Yangfeng y algún fabricante de powertrains (que no visité pero asumo deben tener el mismo manejo) y en pocas semanas tener exactamente el auto que quiere. El auto eléctrico, con su ínfima cantidad de partes y complejidad comparado con el de combustión, permite una modularidad, una velocidad de fabricación y una innovación nunca vista antes.

Esto explica, creo yo, un fenómeno que ya veníamos viendo en América Latina hace algunos años, especialmente en Chile y Uruguay: que cada semana aparece una marca china nueva. Marcas que vienen de otros rubros (Huawei) o marcas absolutamente desconocidas que surgen de la nada con productos que parecen, a primera vista, interesantes.

El desarrollo y la consolidación de la cadena de suministro de autopartes y la ¨simplicidad¨ del auto eléctrico una vez que el powertrain está solucionado, hizo que esto sea posible. Y seguramente vamos a ver más de esto en el futuro. No es descabellado pensar que cada marca (de ropa premium por ejemplo, o Apple, como se especuló) quiera estirar su marca y tener su propio auto. Es extremadamente fácil y barato hacerlo y cada vez va a ser más. El auto eléctrico abrió una puerta que ya no se puede cerrar. Y esto es muy importante para todo el mundo, porque estamos hablando del bien de consumo más relevante de la historia de la economía capitalista.

Este sistema de producción e integración explica lo que vi en Shanghái, lo que estamos viendo en Latam y lo que puede seguir pasando en los próximos años: más y más marcas chinas con autos fabricados ¨a la carta¨ por cualquiera que tenga el financiamiento para pagar cierta escala mínima.

Si lleváramos esto al caso in extremis, este proceso terminaría en una customización total de los autos, dónde cada consumidor diseñe el auto que quiere y como lo quiere. No creo que lleguemos a eso. La escala va a seguir siendo, como lo fue durante toda la historia del capitalismo, un factor fundamental. Y acá creo que viene una primera predicción: con lo fácil que es, muchos van a intentar lanzar su propio auto, muchos van a lanzar su propia marca.

Pero la competencia va a ser feroz, y muchas, la mayoría, no van a sobrevivir. Creo que puede darse un proceso similar al que se dio en la industria de la PC, dónde en un momento, ante la facilidad y commoditización en la fabricación de la PC, aparecieron cientos de fabricantes, y cientos desaparecieron poco después.

Los precios de las computadoras bajaron muchísimo en términos reales en los últimos 30 años, y algo similar va a pasar con los autos. Los únicos fabricantes de computadoras que consiguieron sobrevivir y mantenerse rentables son los que tenían marcas fuertes y siguieron innovando, construyendo y poniendo al consumidor en el centro: el mejor ejemplo siendo Apple. HP, IBM y tantos otros fabricantes de PC perdieron y salieron del negocio.

Los fabricantes de software lideres (Microsoft) también ganaron. Creo que analizar la evolución de la industria de las PCs, hace 30 años, y de los teléfonos celulares en los últimos 15, nos puede dar una idea de hacía donde van las dinámicas de la industria automotriz, quiénes pueden ser los ganadores y los perdedores.

Una primera conclusión: las marcas sólidas de verdad, con respaldo detrás, van a ser las que más chances tengan de sobrevivir. Puede haber muchas modas con autos puntuales que generen furor, pero la solidez de la marca madre y el respaldo del OEM van a terminar ganando.

La mayoría de las marcas desconocidas que ví en el salón de Shanghái van a desaparecer, estoy dispuesto a a apostar a eso. Lo que está pasando en China es una revolución y no va a parar. Creo que las marcas occidentales van a sufrir también.

Las más inteligentes y flexibles van a saber adaptarse a este ecosistema nuevo y van salir ganadoras apoyadas sobre el valor de sus marcas y la capacidad de producción de este nuevo ecosistema chino, las que no puedan o no quieran adaptarse a estas nuevas reglas, o estén atrapadas por regulaciones de sus países de origen que les quiten flexibilidad (Trump en USA, algunos europeos) van a tener muchos problemas.

Hoy es difícil poder predecir quienes van a ser los ganadores y quiénes los perdedores, pero creo, una vez más, que mirando la historia de la industria de la PC y de los teléfonos celulares podemos inferir algunas conclusiones.

El futuro está acá. En Argentina estamos 15 años atrasados con respecto a nuestros vecinos, pero las nuevas regulaciones del Gobierno permitirán el ingreso de muchas marcas nuevas. El consumidor tendrá que ser cuidadoso y evaluar bien qué elegir. Las marcas chinas van a ganar. Su producto es mejor y más barato. El gran tema va a ser saber cuáles van a sobrevivir.

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