Durante gran parte de 2022, el conflicto entre los fabricantes de neumáticos y el gremio del sector fue una de las noticias económicas del año.
El combativo sindicato del SUTNA paralizó las tres plantas que hay en el país durante casi cinco meses, en medio de un reclamo por ajuste salarial y condiciones de trabajo.
Fue un paro salvaje que afectó a Pirelli, Fate y Bridgeston y causó daños millonarios para estas compañías.
El SUTNA es un gremio alineado políticamente con el Partido Obrero y eso explica el grado de conflictividad que tuvo esa protesta que llegó a niveles de irracionalidad, de la mano de su secretario general, Alejandro Vallejos. Hubo extorsión a los trabajadores, “aprietes” para impedir el ingreso de quienes querían entrar a trabajar, quema de algunas instalaciones. De todo.
Ya pasaron dos años de esa protesta (que el gremio la considera como “histórica”) y las consecuencias aún se sienten
Una de las empresas afectadas fue la de Bridgeston (ex Firestone), que tiene su fábrica de más de 100 años en la localidad del gran Buenos Aires de Lavallol.
Como las otras dos compañías, sufrió el impacto por las pérdidas económicas directas que causó ese largo período con producción accidentada.
Pero el daño mayor que todavía se siente tiene que ver con las exportaciones.
A raíz de ese conflicto, la empresa perdió sus mercados de exportación que aún hoy no se recuperaron y, al parecer, no hay perspectivas de volverlos a conquistar.
“La casa matriz nos perdió la confianza”, se escucha decir en la empresa cuando se pregunta sobre el motivo de la imposibilidad de volver a vender al exterior.
Se estima que esto implica la pérdida de más de 1.200.000 cubiertas anuales al exterior.
La planta trabaja en tres turnos en seis días a la semana. La producción diaria es de unas 14.000 unidades.
En esos tres turnos a seis días a la semana, descontando las vacaciones, la producción anual – haciendo un cálculo rápido – debe rondar los 3,5 millones de neumáticos.
Es decir, la pérdida en unidades por la no exportación equivale a más del 30% de la producción por año.
Otro dato que confirma que la Argentina salió de la órbita de la casa matriz, como consecuencia de aquel conflicto, es que el año pasado todas las plantas de la compañía recibieron un plan de inversiones menos la de Argentina.
Además del problema por la pérdida de millones de neumáticos de exportación, la fábrica de Lavalloll sufre un serio problema de competitividad, motivada, en gran parte, por la rigidez laboral que el gremio se resiste a cambiar.
Por ejemplo, la misma máquina con la misma cantidad de operarios produce entre 20% y 30% neumáticos menos por hora que la planta de Brasil.
Esto se debe a la falta de flexibilidad laboral y la imposibilidad de adaptar las condiciones de trabajo según las necesidades de la demanda.
“No se puede hacer ninguna mejora en la competitividad porque el gremio se opone”, cuentan en Lavallol.
Esto hace, por ejemplo, que producir un neumático en la Argentina llegue a ser hasta 40% más caro que en Brasil. Imposible competir.
Hoy sólo exportan menos del 10% de la producción en neumáticos muy específicos.
En este tema también influye el “costo argentino” y la presión impositiva.
Las tres empresas se vienen reuniendo con funcionarios del Ministerio de Economía y de Trabajo para tratar de buscar soluciones a este problema.
Mientras tanto, el gremio sigue con sus intentos de reflotar aquella “épica” del 2022, pero con poco éxito.
En Bridgeston, hace pocos días, se realizó una huelga, pero con poca aceptación por parte de los 800 trabajadores (años atrás llegaron a ser casi 1.500).
También en Pirelli hubo una protesta, la semana pasada, con quema de neumáticos, pero tampoco hubo consenso de los trabajadores.
Aunque parece haber un cambio de época en las prácticas sindicales, el SUTNA sigue ganando las elecciones, pese a llevar a las empresas a situaciones críticas con consecuencias laborales impredecibles.
Algo difícil de explicar.