Con la decisión del Gobierno de reducir el Impuesto PAÍS a partir de hoy, el mercado automotor ya dio la primera señal: Toyota bajó los precios de lista de septiembre para su gama de modelos.
Para los importados, la quita es de 4%, mientras que para los nacionales es de 2%.
Muchos se quejan por considerar que el impacto en el precio es poco, pero para eso hay que tener en cuenta que el traslado de la reducción impositiva de 10 puntos porcentuales (de 17,5% a 7,5%) no es lineal, como ya se explicó en arodarpost ( Ver nota ) y que no es lo mismo para vehículos importados que para nacionales.
Los 0km vienen aumentando a un ritmo del 4% mensual, en línea con la inflación, por lo que la marca japonesa no sólo no incrementó sus valores sino que los bajó, lo que implica un beneficio teórico, de punta a punta, de 8 puntos porcentuales.
Para entenderlo bien, es útil recurrir a un caso concreto.
Por ejemplo, se puede tomar uno de los modelos más exitosos de la automotriz, el Corolla Cross, que viene importado de Brasil.
La versión 2.0 XLI CVT costaba el viernes pasado – el ùltimo día operativo de agosto – $36.529.000. Hoy – primer día hábil de septiembre – pasó a valer $35.068.000, por la baja del 4% anunciada.
Pero, en realidad, lo que habría que considerar es que, si no se hubiera rebajado el Impuesto PAÍS, esa versión habría tenido, sobre el precio del viernes, un aumento por inflación de alrededor de 4%, como sucedió los últimos meses. Es decir, el precio hoy sería de $37.990.160. Contra ese valor hay que comparar el descuento que aplicó Toyota. Una parte, absorbiendo la inflación y, otra, rebajando el precio nominal. (aunque no lo pude confirmar, el rumor en el sector es que desde el Gobierno hubo ciertos «pedido» para que no sólo no aumentaran, sino también para que se viera una baja real).
De esta forma, este modelo «bajó» por el beneficio fiscal $2.922.160, un 7,7%.
La expectativa está concentrada ahora en lo que hará el resto de las marcas. Toyota es la automotriz líder del mercado y la que, en cierta forma, marca el terreno.
Cada una de las automotrices definirá su estrategia en base a su necesidad comercial que mezcla el interés de ganar mercado, mejorar rentabilidad, disponibilidad de vehículos y otras variantes.
También es cierto que, después, dependerá de lo que hagan las concesionarias ya que los precios de lista son «sugeridos» y cada una puede cobrar sobreprecios o hacer mayor descuento.
Desde una agencia de una automotriz que no era Toyota, el gerente de la empresa explicó a arodarpost su impresión de lo que podía pasar con su marca y con el mercado.
«Lo más probable es que mi marca siga a Toyota, que ponga un descuento de 2% y 4%, pero es para la foto. De los 6 o 7 millones de pesos que cobramos de sobreprecios, para los modelos más demandados, vamos a cobrar un poco menos. Lo veo así», señaló.
Lo bueno de esta opinión sin anestesia es que la rebaja impositva, al menos, va a hacer que baje algún sobreprecio. Lo malo (pero lógico, al fín) es que, más allá de la baja de Toyota y lo que hagan las otras marcas, el resultado final dependerá de la fuerza de la demanda y la oferta. Si no se incrementa la competencia, mientras haya gente dispuesta a pagar lo que se pida, el beneficio fiscal se puede diluir.
Caso Toyota: por qué la baja real del precio de sus modelos es de 7,7%
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