La medida que anunció el Banco Central de acortar el plazo para pagar las importaciones de autos de 120 a 90 días fue tomada por el sector como una decisión en el sentido correcto,
Ya desde el gobierno anterior se viene con este mecanismo diferido en la entrega de dólares al cambio oficial para cancelar deudas con los proveedores.
Durante la gestión de Sergio Massa alcanzó su punto máximo y la consecuencia fue que la promesa del entonces ministro de liberar divisas en 180 días. En el mientras tanto, las empresas debían financiar sus propias importaciones. La promesa nunca se cumplió, Massa se fue y las compañías acumularon una deuda con el exterior de unos u$s8.000 millones
La gestión de Javier Milei lanzó un bono para que las automotrices pudieran ir cancelando la deuda acumulada hasta el 10 de diciembre. Para las nuevas importaciones dispuso un cronograma de pagos para autos terminados que empezó con 180 días, pasó a 120 y ahora a 90 días.
Cuando una empresa importa un 0km, la operación tiene que pasar por el Banco Central y esta entidad es la que debe autorizar la liberación de los dólares al cambio oficial.
El problema es que este plazo en entregar los dólares genera un costo financiero y recargos por seguros de cambio ya que, en esos 180 0 el plazo que sea, el dólar puede subir y hacer estragos financieros en las empresas.
La alternativa que tienen para pagar en el momento es operar con los dólares financieros que, obviamente, son más caros y hace que ese sobrecosto se refleje en el valor del vehículo.
Esta idea de ir en el camino correcto supone que, en algún momento (los empresarios esperan que sea este año), el plazo se reduzca a cero y se pueda conseguir las divisas en el momento de iniciar la operación de importación.
Arodarpost habló con un directivo de una empresa importadora de autos para saber si esta medida puede impactar en los precios de los 0km y en qué medida.
Las importaciones de autos las hacen, principalmente, las fábricas radicas en el país, agrupadas en ADEFA. Dominan cerca del 98% del mercado. El resto está en manos en marcas no radicadas industrialmente en el país y forman parte de CIDOA,
Las primeras importan a través del Mercado único y Libre de Cambio (MULC), salvo algunas excepciones. Las otras, en general, lo hacen por el Contado con “Liqui” (CCL).
Este es el diálogo con el empresario consultado
- ¿Cómo tomaron la baja del plazo de pagos?
- Está bien. La medida va en el camino correcto, pero todavía no se llegó. A nosotros, mucho no nos cambia. Por eso, vamos a seguir operando con los dólares financieros. Si se pudiera pagar al otro día de nacionalizar un auto, sería otra cosa, Podríamos volver al MULC. Estos noventa días todavía sigue siendo un plazo largo. Obvio que es menos que seis, pero aún es mucho tiempo. Hay que pensar que está el tiempo en que se pide uno vehículo a la casa matriz, lo producen y lo envían. Ahí pasan dos o tres meses más. Estamos en cinco o seis meses que hay que garantizarle al fabricante.
- Beneficia más a las terminales
- Si están usando el MULC, les reduce un mes el costo financiero. A nosotros no nos cambia nada. Hay que volver a la forma de pago normal y volver a un solo tipo de cambio. Se está deshaciendo todo lo que se hizo mal en el gobierno anterior. Está bien que se avance en esta dirección. Lo apoyo. Si se sigue en este camino, probablemente antes de fin de año podamos pagar sin plazo.
- ¿Cuál es, en números, la diferencia entre pagarlo en el MULC o en el CCL?
- Pagar por el MULC es hacerlo con el dólar oficial mayorista más el Impuesto PAÍS del 17,5%. Eso da un dólar de $1.090. El CCL está $1,350. Hay una diferencia de 23%. Eso se refleja en el valor del auto, pero es una forma de pagar la deuda inmediatamente y no correr riesgo cambiario.
- ¿Eso es lo que puede impactar en una mejora en el precio?
- No es tan lineal. Tiene impacto variable. Si un auto vale u$s30.000 y, como lo importamos por el CCL, hay que calcular esos dólares por $1.350. Nosotros pedimos dólares. Para el cliente, entonces, puede ser al valor “blue”. Depende cómo consiga los dólares. Si se quita o reduce el Impuesto PAÍS, como se anunció, y se pudiera pagar en el momento de la operaciones, accediendo al MULC y con un valor de $1.000, tenemos un precio en pesos alrededor de 30% más bajo. Dentro del precio, ya sea de ADEFA o CIDOA, está el costo del tipo de cambio.
- ¿Por qué no es líneal?
- Porque hay que ver si se traslada la baja en el precio en la misma proporción. Hay cosas que se pagan en dólares y otras que se pagan en pesos al dólar oficial. Los impuestos se pagan en pesos al dólar oficial, pero el auto se paga en dólares billetes y eso cambia según cómo se consigan, en el MULC o en el CCL. No se puede decir que va a bajar el precio en la misma proporción porque depende de cómo se conforma el valor. Sobre una parte del valor, la diferencia es 30%; sobre la otra, no. Entonces no va a bajar 30% en el precio final. La baja puede ser 10%, 15% o lo que sea. Si se unificara el tipo de cambio – por ejemplo a $1.200 – todo se va a pagar al mismo valor: el auto, los impuestos, todo. Y no habría diferencia entre marcas. La ventaja de las terminales es que pueden ir por el MULC porque se financian con las casas matrices. Tienen ese crédito que, obviamente, tiene un costo, pero no tiene que ir por el CCL. También corren el riesgo de no saber a cuánto va a estar el dólar cuando paguen tres después y si vendieron bien los autos o salieron perdiendo. Al pagar por el CCL ya se sabe el costo mayor que tenés, el proveedor cobra y no tenés problema. La consecuencia la sufre en consumidor que paga el auto más caro. Si aumenta la brecha, peor.