La industria automotriz sufrió un 2024 de alta volatilidad. Los directivos locales de las principales compañías afirman que la primera parte del año estuvo marcada por una caída de las ventas de hasta el 30% producto de la devaluación.
Sin embargo, la desaceleración de la inflación y el ordenamiento macroeconómico provocaron un repunte que generaría más de 400.000 unidades comercializadas en en los últimos doce meses.
En ese contexto, los concesionarios se preparan para un 2025 con mayor actividad e incremento de ventas pero, también, con mayor competencia.
La asociación que agrupa a las terminales (ADEFA) estimó que «el sector cerrará el año 2024 con mejores volúmenes a los proyectados. En el caso de producción en el orden de las 505.000 unidades de producción, 300.000 unidades de exportación y 412.500 patentadas»
«En un primer escenario, todos los indicadores de las principales variables muestran crecimiento con relación al 2024 y claramente ese comportamiento se puede ver potenciado por medidas que se están trabajando», indicó el titular de la entidad, Martín Zuppi.
El escenario de base muestra que se pueden alcanzar las 545.000 unidades de producción (+7/9%); 324.000 de exportación (+8%); y un mercado interno de 500.000 unidades aproximadamente con un crecimiento superior al 12% respecto de 2024.
“El 2024 fue un año de transición para la industria automotriz. Como empresarios no estamos acostumbrados a la competencia real porque el contexto inflacionario permitía absorber ciertas ineficiencias. Se veía a la competencia solo por el precio y no por ser más eficiente de cara al cliente”, explica Victor Moure, fundador de Redoo, consultora digital de soluciones tecnológicas enfocada en la industria automotriz.
El consultor remarcó que “los concesionarios tienen que empezar a repensarse porque ahora todos tienen un producto para competir en un contexto ordenado. Es momento de trabajar para llegar al cliente con un valor agregado que parte de la tecnología y termina en el desarrollo de una atención personalizada”.
Un relevamiento hecho por la consultora mostró que, para casi el 75% de los clientes argentinos, el precio es la variable más importante para definir la compra un auto y un 16% busca por tipo de vehículo. Sólo un 9% prioriza por marca.
La pregunta que desencadena este análisis es si las redes de concesionarios están preparadas para este cambio de paradigma que se aproxima. Si bien es cierto que han sumado desde IA generativa para chatbots hasta sistemas de automatización, Moure revela que todavía no hay una digitalización real en el sector.
“Están haciendo uso de las herramientas pero no hay una transformación en la lógica del proceso. No se están repensando y eso puede perjudicar su capacidad para competir en este nuevo escenario”, señaló el especialista.
Las concesionarias verán un aumento de potenciales clientes en los próximos meses, teniendo en cuenta las proyecciones de crecimiento de mercado para 2025, pero deberán adaptarse a un usuario más sofisticado y con mayor información.
“Hoy el consumo cambió del B2C o B2B al B2ME. Los clientes ya no quieren que les hablen como consumidores estándar y buscan propuestas personalizadas en base a sus intereses, de eso se trata el modelo de negocio B2ME”, advirtió el consultor.
“Todavía estamos en un proceso de maduración porque incluso los salones más sofisticados están una instancia por detrás de estas nuevas tendencias”, dijo.