En medio de los reclamos de los consumidores por los altos precios de los autos, un empresario importador reclamó la reducción de impuestos y propuso que se reedite el sistema de Plan Canje.
Se trata de Federico Pieruzzini, CEO del grupo Eximar, que comercializa las marcas Volvo, Jaguar, Land Rover y MG.
«En Argentina, el verdadero problema del mercado automotor no son los precios, es la brecha que genera la segunda escala del impuesto interno para los autos de lujo», señaló el empresario en su cuenta de Linkedin.
Hay que recordar que en enero, el Gobierno eliminó la primera escala de ese tributo, conocido como impuesto al «lujo», y redujo la alícuota de la segunda escala que aún se mantiene.
Según Pieruzzini, «esa segunda escala encarece el segmento alto y, por contraste, crea un espacio donde las automotrices suben los precios de autos generalistas y semi-premium que no pagan ese impuesto para aumentar sus márgenes.»
Desde su opinión, el empresario explicó que «el resultado es que los precios nunca bajan y el mercado pierde competitividad.»
Su propuesta consiste en dos puntos principales:
● Reducir la segunda escala del impuesto para achicar la brecha y forzar que los precios se acomoden en todo el mercado.
● Qué bueno sería Implementar un Plan Canje Nacional moderno, incentivos para cambiar autos antiguos por 0km más seguros y eficientes, y que haya más beneficios para quienes elijan híbridos o eléctricos.
Pieruzzini había elaborado, a comienzo de año, junto al tributarista César Litvin, un estudio que mostraba la cantidad de impuestos que se aplica en la venta de autos y que hace que por cada 0km que se compra, el consumidor está pagando por dos, ya que su valor se duplica por la carga fiscal.
El artículo, que fue publicado por A Rodar Post en ese momento, planteaba los siguiente:
La carga fiscal que soporta el precio al consumidor de un vehículo importado en Argentina, depende del origen y del valor de importación. En la intrazona (el Mercosur) los vehículos originarios de Brasil tienen un derecho de importación del 0% y en la extrazona del 35% y la tasa de estadística del 3%.
El panorama se vuelve exponencialmente oneroso para los vehículos importados de extrazona, que pagan una carga del 100% en los casos que no son alcanzados por los II, del 141% en el primer tramo y del 196% en el segundo tramo.
Enorme es el contraste de la carga fiscal comparada con otros países.
En Chile es significativamente menor, con un IVA al 19%, no existen impuestos internos ni tasas municipales adicionales y la patente denominada Permiso de Circulación anual tiene alícuotas sustancialmente más bajas.
En Paraguay, la carga fiscal es de las más bajas de la región. El IVA es del 10% y la patente no supera el 1% del valor fiscal. En Brasil, la carga fiscal es importante, pero bastante más reducida que en la Argentina. El IPI (Impuesto sobre Productos Industrializados) oscila entre el 7% y el 25% según el tipo y tamaño de motores. La Patente IPVA (Impuesto sobre la Propiedad de Vehículos Automotores) varía entre un 3% a 4% del valor del auto.
Estados Unidos tiene uno de los sistemas fiscales más favorables para los propietarios de vehículos. Los impuestos a la venta (Sales Tax) varían según el estado y oscilan entre un 0% y el 10%. Algunos estados aplican un impuesto anual sobre la propiedad (pero en general son montos fijos irrelevantes con relación al valor del auto).
La excesiva carga fiscal sobre los automotores tiene varios efectos adversos; muchas personas no pueden acceder a un vehículo nuevo debido al alto costo de los impuestos, con lo cual contribuye a una preocupante antigüedad y seguridad del parque automotor.
También cabe destacar que esta sobrecarga impositiva afecta la competitividad regional en términos de costos operativos que incide en la logística y transporte.
La eliminación del Impuesto PAIS resulta acertada pero insuficiente por el entramado de impuestos nacionales, provinciales y municipales, que sobrecargan los precios al consumidor (ver artículo completo)