Toda medida que busque flexibilizar las normas y otorgue mayor libertad para los consumidores es bienvenida. Ayer, el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, volvió a referirse a la importación de autos por particulares, durante una entrevista con Alejandro Fantino.
Dijo que el Gobierno iba a «facilitar la importación personal de vehículos». Se refirió a autos nuevos y explicó el tema de las Licencias de Configuración de Modelo (LCM).
El funcionario confirmó lo anticipado por ARodarPost en octubre pasado (Ver nota). No es la primera vez que lo hace. El mismo día de la publicación de este medio del plan oficial, se lo confirmó al periodista Eduardo Feinmann, en una entrevista televisiva. También lo hizo en otras oportunidades, por lo que no hay nada nuevo.
Esta vez tiene un más valor porque la semana que viene saldrá una resolución para completar un trámite que faltaba para habilitar el certificado de seguridad vial, en el marco de una reforma de la Ley de Tránsito. También se dará vía libre para que los particulares puedan utilizar las LCM de las automotrices, una cuestión que estaba pendiente. Todo muy técnico y que se choca con el entusiasmo que hay en parte de los consumidores con la idea de poder importar su propio auto.
El ministro también sugirió que la libre importación podría alcanzar a los vehículos usados. Este es un tema confuso. Según lo que pudo averiguar ARodarPost, este parece un anuncio sin sustento. Es más, entre las automotrices aseguran que está descartado. Tiene que ver con cuestiones legales y con impedimentos fuertes en el marco del tratado automotor con Brasil (el AC14 no lo permite. Está expresamente prohibido). Este es un acuerdo bilateral entre Argentina y Brasil, más allá del Mercorsur y las reglas con otros países miembros, como Paraguay, que permite la importación de usados. En caso argentino, además habría que modificar la Ley de Tránsito en el Congreso. No es algo que pueda salir en el corto ni mediano plazo, en el mejor de los casos.
Volviendo al tema de los 0km, si bien la medida busca dar mayor libertad, fuentes del sector plantean que su implementación no va a tener el impacto que se espera y está muy lejos de la idea de la gente. Además, aclaran que ya es posible importar un auto por cuenta propia. No hay restricción. Sólo que el trámite es engorroso (se necesita conseguir la LCM, algo que es difícil), pero no hay impedimento legal. Sin embargo, la gente no lo hace y prefiere comprar de forma tradicional.
«Muchos creen que se van a ir a Chile o Brasil, se van a comprar un auto en una concesionaria y se lo van a traer andando o en un flete. Y que les va a salir más barato. Están equivocados», explicaron desde una automotriz.
Puede ser que sirva para un nicho de mercado muy puntual y exclusivo. Alguien que se quiera traer un modelo o una marca que la Argentina no se vende, un modelo caro, y ahora pueda hacerlo.
Para la gente común, no parece ser muy atractivo el sistema.
Si quiere importar un auto de una marca que lo vende en la Argentina, no va a conseguir que la filial de otro país se lo venda. Lo va a derivar a la filial argentina.
En caso de que quiera importar un vehículo «normal» de una marca que no está en el país, el trámite va a ser engorroso. Lo que primero tiene que saber es que deberá pagar los mismos impuestos de importación que pagan los demás autos. No va a ser más barato traerlo. Al contrario. Es probable que le salga más caro porque no es lo mismo el costo de un flete individual que el valor que puede conseguir una automotriz por traer mayor volumen.
Deberá contratar un despachante de aduana, inscribirse en el registro de importador, no podrá ser monotributista, más una serie de requisitos que imponen las normativas aduaneras e impositivas.
A esto hay que sumarle temas como la garantía, quién se responsabiliza por el vehículo, etc.
El caso más emblemático es Chile, que ofrece precios competitivos. Por el libre comercio con ese país, los autos no pagarían arancel. Esto permitiría que el auto importado llegue a buen precio. Sin embargo, en el caso de no ser un auto de una marca que se vende en Argentina, el comprador debería conseguir, por ejemplo, los ensayos de seguridad y de emisiones de ese vehículo. Difícilmente, la concesionaria los tenga o los pueda conseguir.
Tampoco permite que aparezcan «bolseros» y hagan parte de los trámites por el comprador. La importación es individual, porque lo que el comprador debe hacer el trámite en persona. El intermediario cobrará una comisión, por lo que que encarece el costo.
Por todos estos motivos, en las automotrices no ven que la medida tenga un impacto importante en cuanto a volumen. Creen que sólo servirá para aquellos que estén dispuestos a pagar la importación de un auto que en el país no se vende. No sería una medida masiva. De todas formas, habrá que esperar para ver cómo funciona y qué demanda tiene.