El tema de los precios de los autos sigue siendo uno de los que más críticas genera por parte de los consumidores. Pese a la baja de impuestos, los 0km terminan siendo caros para los bolsillos de los argentinos.
En los últimos meses se implementó una medida, por parte del Gobierno nacional, que permite importar autos híbridos o eléctricos sin arancel extrazona de 35%. La condición para hacerlo era que entraran al país con un valor FOB de u$s16.000.
La estrategia oficial buscaba presionar los precios a la baja del resto de los con mayor competencia (Ver nota)
El mecanismo elegido para asignar las unidades era por licitación, priorizando los 0km de menor valor de venta al público. Las empresas interesadas, mediante declaración jurada, debían poner en la propuesta de licitación, entre una gran cantidad de información, el valor al público que venderían. No había un precio máximo. La selección se haría del menor precio al mayor.
El cupo previsto era de 50.000 unidades, pero la oferta de importación fue de sólo 30.000 vehículos (Ver nota)
Este en el punto que generó la controversia.
En el Gobierno, se supone, esperaban que la demanda fuera mayor a la oferta y que el sistema dejaría de lado a los autos más caros y, por eso, no contemplaron ninguna cláusula. Pudo haber sido por este motivo o por falta de reglamentación limitante, pero la teoría no se cumplió.
Como la cantidad de presentaciones no llegó a cubrir el cupo, se autorizó el ingreso de todos los vehículos que entraron a la licitación.
Esto provocó que se estén vendiendo modelos con un 140% por arriba del valor FOB. Esto va en contra de la intención del equipo económico y genera críticas, como se puntualizó, entre los consumidores que ven que, pese a la baja de 35% del arancel, muchos autos no se ofrecen a un precio accesible.
El ejemplo que se escucha en las oficinas del Palacio de Hacienda es el del Renault Arkana híbrido que ingresó con un FOB de u$s16.000 y se vende a $43.900.000. Al cambio de hoy unos u$s38.000.
«Pensamos traer 2.000 unidades y después veremos la demanda que hay. El objetivo es que el modelo entre en el beneficio del cupo. Estos primeros no entraron porque ya estaban en el puerto, pero el precio del lanzamiento ya cuenta que el vehículo estará en el cupo. Aunque las primeras unidades no tengan el beneficio, la diferencia la absorbemos nosotros para no alterar el precio”, había afirmado a Infobae el presidente de Renault, Pablo Sibilla, dejando claro que precio establecido era sin la carga del arancel.
Consultada por ARodarPost, desde la empresa Renault realizaron el siguiente comentario: «Tenemos diálogo regular con autoridades. No hubo una llamada específica al respecto.»
Ante las críticas, cuentan que en el equipo económico habría malestar con algunas empresas, por loscñ precios que venden esos autos, y que se lo habrían hecho saber. En realidad, las automotrices no están haciendo nada fuera de la norma, ya que no había un precio máximo. Al contrario. El valor al público figura en esas declaraciones juradas, los funcionarios lo vieron y lo aprobaron. Lo que falló fue el mecanismo y el error de cálculo en cuanto a la cantidad de solicitudes que se podrían presentar. Nadie, en los despachos oficiales, parece haber contemplado una demanda menor a la oferta de vehículos y, por ese motivo, no se estableció una cláusula que impidiera que pase lo que está pasando.
Algunas fuentes consultadas por ARodarPost, que participan de este régimen, explicaron que el deseo del Gobierno era que el valor al público fuera de 100% o poco más sobre el FOB.
Es cierto que, ante el sorpresivo anuncio del régimen y los plazos para participar, no todas las empresas pudieron solicitar la cantidad de vehículos que querían. Tuvieron que trabajar contra reloj.
Es posible que, para la próxima licitación, la demanda sea mayor y este problema no se presente. En los próximos días se va a licitar el remanente de 20.000 unidades que faltan.
También puede ser que el equipo económico realice algún ajuste en la normativa y establezca condiciones más estrictas en materia del precio al público. ¿Precio máximo? No se sabe. Esta medida iría en contra del espíritu de las ideas liberales que pregona LLA, pero sería una forma de evitar que se repita la actual situación.
Hay que recordar que, inicialmente, el ministro, Luis Caputo, quería poner un FOB máximo de u$s10.000, pero el reclamo de las automotrices hizo que se flexibilizara. El argumento que esgrimieron desde ADEFA y desde algunos importadores oficiales (miembros de CIDOA), fue que ese FOB tan bajo sólo iba a posibilitar que ingresaran marcas chinas y de baja calidad. Nada más.
Hay que ver ahora, pensando en la próxima licitación para el cupo de 2026 (¿se realizará este año?), si no se vuelve a la idea de bajar el FOB como forma de bajar los precios y aumentar la competencia para que haya 0km con esas tecnologías a valores más cercanos a los u$s20.000 que bastante arriba de los u$s30.000.
Quienes frecuentan a Caputo remarcan que el ministro quiere hacer todo lo posible para que bajen los precios de los autos y él tiene algunas herramientas para hacerlo. Así lo dejó claro, hace un mes, cuando se produjo el «caso Stellantis» (Ver nota). No quiere escuchar más quejas de la gente sobre el tema de los precios y quedar como responsable de que los 0km sigan caros.
El ministro y el presidente tienen dos frentes de batalla, los burocratas de la casta intendencial y provincial con sus impuestos confiscatorios que crean todos los dias y las terminales que se aprovechan de los vericuetos de las leyes para no bajar esos precios.