Aunque Honda ya presentó la versión híbrida de la CR-V, es bueno evaluar el desempeño y la propuesta de su versión clásica, con motor convencional, que es desde hace años un modelo codiciado por el público argentino.
1 Cuando se habla de modelos exitosos, la Honda CR-V debe estar en la lista. Es uno de los vehículos más vendidos del mundo y, en la Argentina, llegó a tener una gran penetración. Los cambios realizados por la marca japonesa al dejar de fabricar autos en el país, sumado a las restricciones a las importaciones de los últimos años, la llevaron a un lugar de nicho. Hace unos meses se presentó la sexta generación con versiones tradicionales. Hace menos tiempo, la renovación alcanzó a versiones híbridas. Tuve la oportunidad de manejar la versión EX con motor tradicional para ver los cambios introducidos.
2 El cliente de Honda es fiel y no busca cambios rupturistas. El éxito de la CR-V pasó y pasa por otro lado. Apunta a la confiabilidad, confort de marcha, seguridad y prestaciones. Es por eso que el diseño exterior no es su principal atractivo. Es un SUV sobrio, de líneas simples y con cierta elegancia. Se la ve moderna que la anterior, pero no revolucionaria. Alguien podría decir que es para gente con un gusto conservador y no estaría equivocado. El cambio más importante es que es un poco más grande en ancho, largo y alto que la generación anterior. Para los vanguardistas puede resultar un modelo aburrido, pero la aceptación que tiene en el público indica que todo es opinable.
3 El interior mantiene el mismo espíritu de su diseño externo. No hay nada que salga de un estilo neutro, casi minimalista. Tiene tablero digital de 7 pulgadas y pantalla multimedia de 9 pulgadas. La versión manejada es la intermedia EX. No cuenta con doble tracción. Tanto este modelo y más este tipo de versión, en otros mercados, está dirigido a un público de un perfil socioeconómico medio. En cambio, en la Argentina – por su alta presión fiscal y el recargo del impuesto al “lujo” – termina siendo para un público con mayor poder adquisitivo. El interior de esta CR-V – en cuanto a la calidad de los materiales y terminaciones – está en la lógica del consumidor que el modelo tiene en otros países. Hay que tener en cuenta que llega importada de Estados Unidos y el nivel de calidad está pensado para ese público, más allá de que se apunte a un segmento más masivo. En la Argentina, se paga un precio demasiado alto para la propuesta del vehículo. No es culpa de Honda y menos de la CR-V, Un auto cómodo, con excelente habitabilidad, buena calidad, plazas traseras amplias, muy buen baúl. El problema es el precio que lo ubica en valores de autos de marcas premium en otros mercados.
4 La CR-V EX está equipada con un motor 1.5 turbonaftero de 191 CV y 243 Nm, tracción delantera y caja de cambio automática CVT.
5 Todo lo racional y equilibrado que ofrece la CR-V en cuanto a diseño se encuentra también a la hora de manejarla. Es un modelo más que probado y al no haber cambios mecánicos, de lo que se puede hablar es de su eficiencia ya conocida en la conducción. Se destaca su excelente confort de marcha, con una suspensión confortable y buen despeje del suelo. Esto hace que en la ciudad se mueva sin problemas para enfrentar cunetas o lomo de burro. También se la siente estable en ruta. Aunque tenga tracción simple se puede salir del asfalto sin problemas gracias a ese buen despeje.
6 Es un auto pensado para uso familiar y no con pretensiones deportivas. Ideal para moverse en la ciudad o salir de viaje. Va a cumplir de forma eficiente en ambos escenarios. Eso queda reflejado claramente en la respuesta de la caja de cambio. Hay que tomarle la mano porque no va a entregar una salida vigorosa. Está calibrada para ofrecer un bajo consumo, más que un comportamiento enérgico. Lo mismo sucede cuando se realizan maniobras de sobrepaso. Hay que pisar el acelerador a fondo para obtener, esperar unas décimas de segundo para obtener la mayor potencia. Tiene dos modos de manejo. En Sport se aumenta la respuesta del acelerador, mientras que en Low acorta las relaciones para darle al motor mayor fuerza de salida.
7 Con ese andar racional, el consumo promedio se ubica apenas por arriba de los 9 litros cada 100 kilómetros y bajarlo a 8 litros cuando se maneja en ruta a velocidad constante entre los 110 y 120 kilómetros por hora.
8 El comprador de Honda tiene clara las prioridades y las exigencias. Como mencioné antes, no pasa por estar a la vanguardia de diseño ni en cosas superfluas. Busca prestaciones y uno de las exigencias pasa por la seguridad. En este punto, la CR-V| se hace fuerte. Como carta de presentación, incluso en esta versión intermedia, cuenta con 10 airbags. A partir de ahí el equipamiento está acorde. Además de los sistemas clásicos, cuenta con el paquete Honda Sensing con numerosas ayudas de conducción que van desde sistema de mantenimiento de carril a alerta de riesgo de colisión, freno autónomo de emergencia o control de velocidad crucero adaptativo.
9 En el equipamiento de confort se puede mencionar la conectividad para Apple Carplay y Android Auto, también cuenta con cargador inalámbrico, cuatro puertos USB y encendido remoto. Un dato que la destaca del resto es que la rueda de auxilio es igual al resto, no es de uso temporal. Un punto bien a favor, ya que es un vehículo que invitar a viajar por todo el país.
10 El tema del precio es siempre la peor parte para analizar en la Argentina con cualquier modelo. La alta presión impositiva y otras cuestiones hacen que todos los autos estén fuera de registro en cuando a otros mercados y, especialmente, otros bolsillos. Esta versión EX 2WD cuesta u$s60.000. Un valor muy alto para un vehículo generalista que, ni siquiera es el tope de gama, y que por su concepción apunta al volumen, no a la exclusividad. No es un problema de Honda. Es lo que hay en la Argentina. La garantía es de 3 años o 100.000 km.