El anuncio del Gobierno de flexibilizar la importación de autos causó impacto en el sector y entre los consumidores por la expectativa que genera.
La noticia anticipada por arodarpost (Ver nota) fue confirmada por el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Adolfo Sturzenneger.
El funcionario aseguró en un canal de noticias que están trabajando en esa medida. “Estamos haciendo una reforma importante del Código de Tránsito, que uno de los capítulos más importantes que tiene son los requisitos de importación. Ahí vamos a hacer un cambio para que los autos que estén certificados para ser conducidos, en mercados como Estados Unidos o Europa, queden automáticamente certificados para la conducción en Argentina. Después existen algunas restricciones comerciales. Así que vamos a arrancar un poquito agilizando la registración y la posibilidad de vender autos. Si están autorizados afuera vamos a autorizarlos acá. Así que vamos a ir con pasos incrementales”, dijo.
En las automotrices y los distribuidores de marcas importadas de 0km, rápidamente, buscaron interiorizarse de los cambios que podrían venir.
Por este motivo, representantes de la asociación que agrupa a las terminales radicadas en el país (ADEFA), según pudo saber arodarpost, se reunirán en las próximas horas que funcionarios, posiblemente del área de Industria.
Buscarán saber los alcances de la reforma que está en estudio.
Desde una terminal intentaron bajar la expectativa sobre la medida y la liberalización de las importaciones, especialmente a lo que podría beneficiar a los particulares.
Hoy existe la posibilidad de importar un auto de forma particular, pero es un trámite engorroso (Ver nota). Para hacerlo se requiere contar con una Licencia de Configuración de Modelo (LCM), un certificado que debe entregar el vendedor. Normalmente, para un particular, acceder a ese permiso es muy difícil.
En principio, en base a los dichos de Sturzenegger, se entendió que la flexibilización vendría por ese lado. Sin embargo, desde esa automotriz relativizaron ese cambio.
“No está claro cómo va a ser. Nos vamos a reunir entre mañana o pasado con gente del Gobierno para que aclare el tema. Por lo que nos adelantaron, se seguiría necesitando la LCM y también se mantendría la obligatoriedad de presentar los ensayos. La duda que existe es que, según nos comentaron, se va a poder importar autos pidiendo un certificado de seguridad vehicular, aunque no se sabe a quién habría que pedirlo. Pero mientras se siga necesitando la LCM no parece que haya un cambio importante. También está el tema de los contratos de representación que tiene una automotriz con la filial local o importador. Parecería que se eliminaría la exclusividad. Es todo muy técnico. Habrá que esperar a ver la letra chica para poder medir el alcance”, dijo un directivo de la terminal.
Por el lado de los importadores, también hay muchas dudas sobre la implementación de la medida y su efecto en el mercado.
“Los puntos raros son repuestos, posventa en general, normativa de seguridad activa y pasiva, emisiones, responsabilidad legal del importador para tener repuestos y servicios, herramental, capacitación de servicios. ¿Cómo hace todo eso un particular? Si una persona importa un auto y se le rompe, ¿a quién reclama? ¿Contra quién va? Debería ir contra si mismo o contra el que intermedió en la importación, en el caso de haber uno. Cuando traemos un modelo siempre traemos los repuestos. Empezando por filtros, pastillas de freno, cristales etc. Si alguien trae otro modelo de la marca que nosotros no vendemos, no vamos a tener el repuesto”, explicó a arodarpost un importador.
“No estoy en contra de la medida. Me parece que lo que hay que aclarar es que las marcas que no hacen el negocio terminen siendo responsables por el negocio de otros. Además, traer un auto solo no es económicamente viable por un tema de fletes. Cuando un distribuidor oficial importa, hay que presentar un contrato con el fabricante. Si no, cualquiera diría que es distribuidor. El contrato establece las responsabilidades del importador y de la fábrica. Por eso, hay un marco normativo que te exige ciertas responsabilidades. Si se importa un auto a través de un tercero. Ese tercero lo compro en cualquier parte del mundo. Quizás es un auto que tuvo granizo, defectos o lo que sea. El cliente se va a quejar al que te hizo el trámite y esta persona va a decir que el importador fuiste vos. Entonces no va tener a quién acusar ante defensa del consumidor. Como funciona hoy, el cliente va contra el representante oficial de la marca en Argentina”, advirtió otro distribuidor de marca importada.
“Habría que establecer un mecanismo para que el cliente esté al tanto de que ese auto que él importa no tiene soporte en el país. Él decidió traerlo por su cuenta. Se tendrá que hacer cargo del problema. Porque no lo van a importar los clientes directamente. Es imposible. Seguro habrá un intermediario o gestor. Van a aparecer los bolseros. Ahí habrá que ver el tema del precio de declaración en Aduana. Ahí pueden pasar cosas raras. Hoy ya hay sospechas de subfacturación de algún importado. Imaginate si es un particular o un bolsero”, advirtió.