Mucho se habla en estos días de lo caro que están los autos. Aumentaron fuerte en los últimos meses. En pesos y en dólares. Y esto último es lo que más llama la atención. Estaba en mi casa con tiempo libre. Mi mujer miraba una película en Netflix y mi hija se había ido a lo de una amiga. Afuera, parecía que venía la lluvia. Así que me puse a mirar precios de 0km de años atrás para comparar.
Me fui hasta el 2012 porque me pareció el momento en que la economía empezó a desmadrarse. Hasta ese entonces venía bastante tranquila. Es cierto que habíamos sentido el impacto de la crisis financiera internacional del 2008, pero las variables económicas no habían colapsado.
La inflación empezaba a ser un problema. Por eso, el gobierno de CFK ya había metido la mano en el INDEC, pero todavía estaba en niveles manejables. Piensen en lo que vino después.
El 2012 fue entonces el año elegido para empezar a comparar.
Busqué un modelo que tuviera continuidad. Muchos fueron desafectados o reemplazados por vehículos con grandes diferencias. También quería que fuera de los más accesibles. Podía hacer la comparación con un Audi A4, pero iba a quedar muy ABC1.
Me cerró el tema con el Renault Sandero. Más allá de los cambios que pudo haber tenido en estos 13 años, se puede hablar del mismo auto. Así que busqué los precios de la versión de entrada de gama de cada año.
Antes de entrar en la comparación en dólares, hagamos un juego. Les hago una pregunta, cierran los ojos y piensan un número. ¿Ok? No hagan trampa.
Vamos, entonces: ¿Tienen idea de cuánto costaba un Renault Sandero en marzo del 2012?
Se los digo: $73.200.
Esa plata hoy alcanza apenas para llenar dos veces el tanque.
Impresionante lo que eran los precios en ese entonces.
La versión de entrada de gama del Sandero cuesta ahora $22.438.000.
Sí, de 73.200 a 22.438.000.
Les doy un tiempo para que se repongan y pasamos a la comparación.
El gráfico es bastante claro (creo), pero voy a explicar algunos puntos.
Tomé un precio por cada año en diferentes meses y los pasé a su valor en dólares de ese momento, cotización oficial y “blue”. Lo hice simple. La columna verde es el precio del BCRA y la azul, obvio, el del “blue”. Abajo está el cuadro con el precio de cada año y el mes elegido. Hay que multiplicar por mil.
Van a ver que hay tres años (2016, 2017 y 2018) que sólo figura la columna verde porque el gobierno de Mauricio Macri levantó el cepo en diciembre de 2015 y el dólar paralelo desapareció. Tenía cotización, pero casi a la par del oficial.
Las restricciones volvieron hacia finales del 2019, después de las PASO, y ahí reapareció la brecha.
El resto es mirar el gráfico y comparar los precios.
Comparación
La primera conclusión que surge a simple vista es que sí, los autos están carísimos en dólares. En el nivel más alto de los últimos años.
En las tres últimas columnas en verde (2022, 2023 y 2024), que es al tipo de cambio oficial, hay un salto fuerte sobre los valores de los años anteriores.
El modelo de la marca francesa estuvo en este trienio por arriba de los u$s23.000.
En 2024, el salto también se da en la cotización “blue” por el achicamiento de la brecha en lo que va de marzo.
De esta manera, el Sandero cuesta hoy u$s25.100 al oficial y u$s22.100 al paralelo.
Ahora viene lo peor. Si tomamos los precios de años anteriores vemos que el actual duplica y hasta triplica el valor más bajo alcanzado.
El piso fue en 2020 cuando costaba u$s8.200 en dólares “billetes”. Es decir, al “blue”. Al oficial eran u$s12.800.
También fue buen momento para comprar el 2019 y el 2013. Este último año es lógico porque se alcanzó el récord histórico de patentamientos con más de 950.000 unidades. Esto se debió a la amplia brecha cambiaria que había y se vendían muchos 0km.
Ese año, al “blue”, valía u$s9.000, pero saltaba a u$s15.600 al oficial. En 2019, siguió por u$s9.000 “billete”.
Otro año de buen precio fue el 2018: valía u$s9.700. En este caso, el mérito era mayor porque había un solo dólar ya que se había levantado el cepo y se podía comprar dólares sin restricciones. ¡Qué fácil era todo!
En otros años, el precio variaba entre u$s12.000 yu$s18.000 al oficial o entre u$s10.000 yu$s12.500 al “blue”. Nunca como ahora.
Queda claro, entonces, que la inflación “verde” de los autos es real y las quejas de los consumidores están más que justificadas.