El mercado automotor terminó 2024 con mayor actividad a lo esperada a comienzos del año pasado.
El cambio de reglas de juego, especialmente el fin de las restricciones a las importaciones, permitió que se pasara del desabastecimiento de unidades que hubo hasta 2023 a una mejor oferta de productos.
El crecimiento de las importaciones se empezó a sentir en el segundo semestre pasado, ya que el proceso para traer vehículos del exterior – desde el pedido de producción a las casas matrices hasta su llegada a puerto – puede llevar varios meses.
Además, la expectativa moderada que había de mercado en febrero o marzo pasado – más el problema de la millonaria deuda que dejó en el sector el ex ministro de Economía, Sergio Massa – hizo que los pedidos de vehículos fueran limitados.
Recién sobre el final del año comenzaron a aparecer más vehículos importados y también se fue ajustando la producción a la mayor demanda.
De todas maneras, la venta de 0km es mucho más peleada ahora y eso se confirma con la desaparición de los sobreprecios y la generalización de los descuentos.
Si bien no se puede decir que sobran autos, el comprador tiene hoy la posibilidad de tomarse su tiempo para decidir la operación. Hay excepciones de algunas marcas y modelos que todavía tienen más demanda que unidades disponibles.
En este contexto, el 2024 cerró con un stock de 0km en fábricas, concencionarias e importadores de 106.200 unidades, según figura en el registro del sistema estadístico SIOMMA al que tuvo acceso Arodarpost.
Según empresarios consultados, se trata de un número lógico en base a los niveles en tiempos normales.
El cálculo que realizan es que el mercado está trabajando con un volumen de operaciones promedio de poco más de 40.000 0km.
En 2024 se vendieron 414.000 vehículos, con una primera parte muy mala, pero para 2025 se espera llegar a 500.000 o un poco más.
De esta manera, el stock equivale a menos de tres meses de ventas.
Por ejemplo, en enero se esperan vender 60.000 unidades. Hay que tener en cuenta que el primer mes del año es, estacionalmente, el de mayor volumen.
Esta cantidad se llevaría la mitad del stock, pero también es cierto que en estas semanas seguirán llegando 0km al puerto.
El ritmo actual muestra que más de la mitad de los vehículos que se venden llegan del exterior.
Es de suponer que las automotrices también buscarán no incrementar innecesariamente sus stocks por el costo financiero que eso implica y la presión para reducirlo rápidamente. Para eso, deberían resignar rentabilidad con políticas de descuentos.
Por ejemplo, en 2019, cuando las ventas tuvieron una fuerte baja, el stock de unidades en toda la red había llegado a los seis meses. En ese momento, el consumidor ganó porque hubo un festival de rebajas.
En el stock actual, el dato a tener en cuenta es lo que suceda con la devaluación brasileña. Al ser más barato importar los autos desde ese país, es posible que haya presión desde Brasil para vender sus autos. No siempre las decisiones se toman en la Argentina.
El 2024 cerró con un stock de 106.000 autos sin vender
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