Con los primeros ocho meses del año ya corridos, el sector automotor celebra las buenas cifras de ventas registradas que se ubican cerca de 70% arriba del año pasado.
Pocos esperaban, hasta no hace mucho, tener un mercado de 650.000 unidades para este año. Ese es el volumen de patentamientos que se alcanzaría al cerrar diciembre.
Si bien esa meta se mantiene, hay algunas señales que empiezan a preocupar a fabricantes y concesionarias. En agosto, con la suba del dólar en los últimos días de julio, los aumentos fueron fuertes: de 3% a 12%.
Desde hace un par de meses hay una aceleración en cuanto al ritmo de ajuste precios. En septiembre, los aumentos fueron de 2% a 7%.
Estos incrementos, por el momento, no se reflejan en una menor demanda. El consumidor está convalidando esos precios. Es cierto que, en muchos casos, el valor de transacción se cierra con descuentos.
De todas formas, más allá de que, hasta ahora, los aumentos no golpeen la demanda, la preocupación del sector pasa por la suba de la tasa de interés que encarece el crédito.
Esto afecta a los consumidores como también a las concesionarias que tienen un mayor costo de financiación de sus stocks, por lo que se se ven forzadas a vender 0km con mayores bonificaciones para poder cancelar las deudas en termino que tienen con las fábricas cuando realizan las compras mayoristas.
Esta situación está generando tensión entre los dealers y los fabricantes que presionan para colocar más unidades en la red de las que los concesionarios pueden vender con rentabilidad razonable, como adelantó A Rodar Post (ver nota)
El mayor costo financiero preocupa a las terminales, tanto es así que lo ven cómo el principal problema para o que resta del año.
Más si se tiene en cuenta que se vienen dos meses de elecciones con la presión e incertidumbre económica que eso genera.
La expectativa que tienen es que, una vez pasado el bimestre electoral, todo se reacomode y bajen las tasas.
En la práctica, lo que está sucediendo es que algunas marcas empiecen a ofrecer financiación menos atractiva.
En los últimos meses, la estrategia de la «tasa 0%» fue un estímulo para el consumo, aunque algunos piensan que ya no son tiempos para ese tipo de financiación. Más allá de que, en algunos casos, existe un quebranto que encarece el crédito.
Todas las automotrices están definiendo su nueva estrategia y, en ese contexto, el presidente de Renault, Pablo Sibilla, lo explicó con claridad durante el lanzamiento del nuevo Koleos (ver nota)
«Seguimos viendo un mercado de 625.000 unidades, sin contar pesados. Cuando se habla con la red de concesionarios, más que la preocupación por la suba de precios y su impcato en las ventas, lo que más nerviosismo genera es la tasa de interés. Obviamente, es la herramienta (del Gobierno) para mantener el peso controlado, pero le está poniendo mucha presión al mercado. Todos tenemos financiación agresiva, con tasa 0%, 12%. 18%, 24%. Ahora, cuando la tasa pasa de 35% a 705 en unas semanas, el costo es altísimo», agregó.
Ante esta situación, el responsable de la marca francesa reconoció que están cambiando la estrategia, aunque de forma gradual.
«Nosotros hemos comenzado a tratar de a poco de salir de la tasa 0%. Sabemos que el primero que sale de la tasa 0% va a tener una caída de venta porque hay un comprador muy oportunista que aprovecha la devaluación que hay. Mucha gente ve una oportunidad. Aunque tenga la plata, toma el crédito si la tasa es baja. Yo prefiero usar la plata en darle una financiación más accesible a gente que no tiene la plata. De a poco, estamos tratando de salir de esta situación, aunque estamos un poco atrapados como marca esperando a ver quién es el primero que sale. Nosotros este mes hicimos el primer movimiento para empezar a corrernos un poquito. Puede ser que nos castigue el volumen este primer mes, pero estamos haciendo mucho hincapié en la rentabilidad sustentable a largo plazo», señaló el directivo ante una pregunta de A Rodar Post.
Renault, como las otras marcas, están expectantes por lo que puede suceder, en materia económica, tras las elecciones y con la esperanza de que la situación se normalice para que no se frene el consumo. En ese punto, la tasa de interés es clave.
«Vamos a ver cómo siguen las tasas post elecciones porque es fundamental, para que no se frene todo, que las tasas vuelvan a bajar. Pasamos de tasas de 35% a 70 en semanas. Eso tuvo un impacto más grande que los aumentos de precios», ratificó Sibilla.

