Luces de alarma se empiezan a encender en las automotrices locales ( y en el equipo económico) por lo que sucede en materia cambiaria en Brasil. El dólar se acercó el techo de los 6 reales y la devaluación de la moneda brasileña significa problemas del lado argentino.
Más si el tipo de cambio en el país se ajusta a un ritmo de 2% mensual, todavía por debajo de lo que se mueve la inflación, con la lógica suba de los costos en dólares.
Desde algunas terminales se viene alertando por la pérdida de competitividad (por el ejemplo, el presidente de Ford, Martín Galdeano, suele señalar este problema en cada entrevista) y este escenario bilateral no hace más que agravar el tema.
En las terminales locales, ante consultas formales de Arodarpost, se trata de minimizar el impacto de la devaluación brasileña (“Hay que ver si es una tendencia o una variación momentánea. Por ahora, no hay preocupación”, dicen), pero en off dejan trascender cierto nerviosismo.
La paridad cambiaria define el flujo de intercambio entre los dos países, lo frena o lo acelera, por lo que este movimiento brusco es lógico que tenga efecto en la balanza.
Para las empresas que están radicadas en los dos países no hay mucho cambio ya que lo que no se factura de un lado, se factura del otro. El problema es para los ejecutivos de cada país (en este caso del lado argentino) que ven como sus resultados económicos se desploman es contexto como el actual y lo que empieza a estar en riesgo son sus puestos de trabajo.
Desde una empresa, un directivo que dejó de lado lo políticamente correcto se sinceró con este medio.
“Por lo pronto, se va a empezar a complicar por la agudización de la tendencia que hay en el mercado interno con el incremento de la participación de vehículos importados. Eso va a generar una balanza más desequilibrada este año, tanto de vehículos como de autopartes. El problema de la competitividad se va a agravar con impacto en las exportaciones. En el corto plazo se verá en el comercio, pero también impacta en las decisiones de inversión. Si hoy escasean, con un escenario de una Argentina cara y un Brasil barato, va a ser imposible conseguir un dólar fresco para algún proyecto”, señaló.
Hay que tener en cuenta que algunas terminales están tratando de conseguir proyectos de inversión ante la complica situación industrial que tienen con los modelos que fabrican, pero no exportan.
Para tener una idea de la importancia del socio del Mercosur en materia automotriz, Brasil es el país de origen del 85% de las importaciones de 0km que realiza la Argentina, según los datos que figuran en el sistema de estadísticas de ACARA (Ver nota)
En los últimos meses, las importaciones de vehículos están creciendo.
Mientras en los primeros nueve meses del año pasado, el 34% de los autos que se vendían en el mercado local llegaban del exterior, en lo que va del 2024 representan el 43%.
Si se tiene en cuenta que el fin de las restricciones para importar se anunció en diciembre pasado, pero llevó algunos meses que funcionara con normalidad, ese número no es representativo de lo que sucede hoy.
Según los cálculos de las automotrices, el ritmo de importación de los últimos meses ya es mayor. Ronda el 50% del total de las ventas y se estima que para 2025 superará el 60%.
Estos datos son con un real más fuerte que el actual lo que hace pensar que todo se va a acelerar. Será más barato importar autos. Lo mismo sucederá con las autopartes.
En cuanto a la cuestión de la balanza comercial, el análisis depende del sector que lo haga
La Cámara que agrupa a los importadores (CIDOA) realizó un informe hace unos meses que aportó números sobre la situación de la balanza comercial bilateral.
“En el año 2023 el sector automotriz en su conjunto sufrió un déficit comercial de 8.700 millones de dólares. Un hecho insólito debido a que, si los 450.000 vehículos que se patentaron hubieran sido todos importados CBU (Completely Built Up – Terminados), el déficit comercial hubiese sido de 7.200 millones de USD. Ahorro de USD 1.500 millones en salida de divisas. Esto se debe a los precios de transferencia que realizan las terminales automotrices entre sí. (se facturan a sí mismas entre distintos países dejando siempre el resultado en casa matriz). El 70 % de piezas que se importan para el ensamblado de cada auto son más dólares que ese mismo auto terminado. Al igual que en 1989, la importación estaba totalmente cerrada y nos sorprendimos con los autos que producía el mundo: con levanta vidrios eléctricos, aire acondicionado, dirección asistida, apertura a distancia, etc. Hoy, dada la escasa participación de automóviles extrazona, estamos nuevamente ofreciendo autos caros, viejos, ineficientes y contaminantes”, decía el informe.
En las terminales agrupadas en ADEFA, manejan otros números: Las importaciones fueron por u$s11.774 millones (u$s2.115 millones en vehículos y u$s9.659 millones en autopartes). Con estos números, en el rubro de vehículos se cerró el año pasado con un superávit de u$s5.609 millones y una déficit de u$s8.375 millones de autopartes. El balance general del sector fue, en base a esta información, de u$s2.766 millones.
Alerta: cae competitividad de automotrices por devaluación del real (será más barato importar 0km de Brasil)
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