El crecimiento del segmento de los SUV parece no tener techo. No es un fenómeno local. Es una tendencia que se viene replicando en los principales mercados internacionales, pero en la Argentina se está viendo su expansión en los últimos tiempos, a partir de la apertura impulsada por el gobierno actual. En la gestión anterior, la importación de este tipo de modelos estaba restringida y los consumidores debían conformarse con las pick-ups nacionales, en sus niveles de equipamiento más altos, para conseguir vehículos con determinado espacio y confort interior y prestaciones. Hoy la oferta es muy amplia y hay opciones para todos los gustos.
1 – Hace unos meses Ford presentó el restyling del SUV Bronco, un nombre emblemático con décadas de historia. Si bien ya se comercializaba en el país, el nuevo escenario económico, sin cepo importador, le permite a la automotriz definir una estrategia comercial con un volumen de unidades acorde a la demanda del mercado. Llega importado desde México y se ofrece con dos niveles de equipamiento: Big Bend y Badlands. Tuve la oportunidad de manejar las dos versiones y fue una buena experiencia para compararlas.
2 – Para hablar de diseño exterior, lo primero que tengo para decir – tanto para la versión anterior como la actual – es que la Bronco, en general, me gusta. Tiene esa imagen de todoterreno clásico, con mucha personalidad y sin líneas rebuscadas. Esa onda retro la hace atractiva. Esta renovación no introdujo muchos cambios estéticos respecto al modelo anterior. Se notan un poco más en la Badlands. La diferencia básica entre una y otra es que, si bien los dos son vehículos con prestaciones off road, la de entrada de gama tiene una imagen menos marcada, como más urbana. Luce como un vehículo off road, pero la Badlands acentúa esas características. La Big Bend muestra retoques en la parrilla y en los paragolpes delanteros y traseros que lucen más elegantes. También modificó la disposición de los faros antiniebla y estrena diseño de las llantas de 18 pulgadas y calza neumáticos de uso mixto. Tiene barras portaequipaje en el techo de color negro, igual que los zócalos en los pasarruedas. La Badland (reemplaza a la Wildtrack) se diferencia por la carrocería bi tono y un gran chapón delantero que funciona como protector y se mete por debajo de la carrocería. Dentro de esta imponente pieza están los ganchos de remolque. Calza llantas de 17 pulgadas con cubiertas más pensadas para el off-road. Obviamente, en la carrocería, hay sticker que identifican a cada versión.
3 – En el interior de ambas versiones se ven cambios más notorios. El principal es que comparten una novedad que pasa por el tablero de instrumentos de 12,3 pulgadas que, ahora, es 100% digital y la pantalla multimedia táctil de 13,2 pulgadas. Les da un aspecto moderno que contrasta con el estilo rústico general. Al ser más grande que la anterior obligó a modificar la ubicación de las salidas del aire. Algunas funciones (como el encendido y volumen del sistema de audio) se pueden manejar de algunas perillas normales para evitar estar sacando la vista del camino si se quiere accionar desde la pantalla táctil. Dicho sea de paso, funciona muy bien y es bien intuitiva. Todos eso está en un panel de diseño simple, como sacado de otro modelo si se lo compara con la modernidad de la pantalla multimedia. Como se exporta a Estados Unidos, la calidad de los materiales y terminaciones es buena. Las butacas son cómodas y la posición de manejo puede ser elevada. En mi caso, me gusta tener buena visión del camino, aunque hay que reconocer que, por ese diseño exterior con líneas cúbicas, aún con esa posición elevada, se ve buena parte del capó, que tiene unas molduras en relieve bien pronunciadas. En le caso de la Badlands, el tapizado es de cuero miniperforado, mientras que la Big Bend es de tela bitono. Hay espacios portaobjetos muy útiles por todos lados. Las plazas traseras – pensadas para tres pasajeros – no son del todo amplias, pero están bien. El respaldo es un poco recto. La altura del techo si es generosa y permite un acceso fácil, aun para personas de gran contextura. La Big Bend tiene techo corredizo. La otra, no. El baúl está bien y el portón trasero se puede abrir de forma parcial (sólo la luneta) o total. Cuenta con un separador de plástico que también se convierte en tapa del baúl y hasta en una especie de mes tipo camping. La rueda de auxilio es de igual tamaño que las regulares en las dos versiones, aunque de chapa.
4 – La gran diferencia entre ambas versiones pasa por la motorización. El propulsor de la Big Bend es un 1.5 Ecoboost turbo de tres cilindros de 184 cv y 258 Nm de torque, mientras que la Badlands tiene un Ecoboost 2.0 turbo de cuatro cilindros de 253 cv y 376 Nm de torque. Las dos tienen tracción integral y caja de cambio automática de 8 marchas. En el caso de la entrada de gama, no tiene levas al volante. La otra, sí.
5 – Más allá de su aspecto todoterreno, el Bronco Sport es un SUV que puede convivir en el ámbito urbano sin inconvenientes. No tiene dimensiones que hagan que su conducción en zonas de mucho tránsito sea complicada. La versión Big Bend, por el tipo de neumáticos más ruteros, se siente más cómoda sobre el asfalto, pero es una diferencia sutil. La suspensión es muy confortable y la buena asistencia de la dirección permite maniobrar con facilidad. Puede ser un vehículo para todos los días. El motor 1.5 tiene muy buena respuesta, no demanda más de 10 segundos para cubrir de 0 a 100 km/h. Nada mal para un vehículo de corte familiar. Tienen muy buen despeje y eso quita la preocupación de andar mirando los pozos que se pueden presentar. Son bastantes silenciosos. En ruta, el confort de marcha es muy bueno y, en los dos caos, los motores ofrecen potencia suficiente para maniobras de sobrepaso o situaciones donde se necesite acelerar cuando se va ya a alta velocidad. La caja de ocho marchas ofrece un muy buen confort cuando se maneja a velocidad crucero. No anda forzando revoluciones.
6 – Por ser un SUV con clara imagen todoterreno y tracción integral, es lógico que quien compre alguna de estas dos versiones no pase todo el tiempo en el asfalto e incursione en otros terrenos como la tierra, la arena o la nieve. Sería un desperdicio si no lo hace. Aun con los neumáticos mixto y el motor más chico, la Big Bend para garantizar una buena respuesta ante cualquiera de esos desafíos para la mayoría de los conductores. No está pensada para el off-road extremo. Se trata de un SUV familiar con capacidad off-road. Son dos cosas distintas y no todos los conductores están capacitados para un manejo bien exigente por más que el vehículo tenga todos los elementos para hacerlo. Cuenta con sistema GOAT (Go Over Any Type of Terrain) con cinco modelos de manejo que van a facilitar las cosas: Normal, Eco, Sport, Resbaladizo y Todoterreno. Distintos es el caso de la versión Badlands. Motor más potente, neumáticos All Terrain y suma dos modos de manejo: Rally y Rock Crawl. Suma bloqueo de diferencial y Trail control con función One Pedal. Esto le permite estar más preparado para caminos y manejo más exigentes. La decisión de compra va a pasar por el tipo de uso que se le quiera dar. La versión Big Bend ofrece muchas posibilidades para la mayoría de los usuarios y a un precio menor. La Badlands tiene más sentido para alguien que la ciudad o el asfalto es para ir de visita. Son gustos.
7 – El consumo de la Big Bend ronda poco más de 11 litros cada 100 kilómetros en ciudad y puede estar por debajo de 7 litros cuando se maneja tranquilo en ruta a 100 kilómetros por hora. Si se lo pisa un poco más puede acercarse a los 9 litros. En el caso de la Badlands, con motor 2.0, en ciudad trepa a más de 13 litros y consume unos 8 litros a 100 kilómetros por hora. Son valores de referencia ya que todo depende de la forma de manejo de cada conductor
8 – El equipamiento de base cuenta con sistema SYNC 3 compatible con Android Auto y Apple Car Play. No tiene GPS, como la Badlans, pero se puede replicar el sistema de navegación del teléfono, Cuenta con apertura sin llave y cierre centralizado con comando a distancia, cargador inalámbrico, climatizador de una zona tanto en la parte delantera como trasera (la Badlands tiene climatizador bi zona), comando al volante para el equipo de audio, iluminación del baúl con lámparas led. Regulación eléctrica de ocho posiciones para el conductor. La Badlands suma regulación eléctrica de seis posiciones para acompañante, volante forrado en cuero calefaccionado y butacas calefaccionadas. Cuentan con sistema de cámaras con visión para adelante, para los costados, de arriba o elegir el ángulo que se quiera. Es muy útil. La versión Big Bend cuenta con toma de 12 volts y la Badlands agrega toma de 220 volts y 400 W
9 – Uno de los puntos fuertes de las Bronco Sport es su equipamiento de seguridad. Las dos versiones cuentan con nueve airbags, hasta laterales delanteros y traseros. Obviamente, tienen anclajes Isofix. Control de Estabilidad y de Tracción, Asistente de Frenado de Urgencia, Distribución Electrónica de Frenado, control de crucero adaptativo con Start & Stop. entre los sistemas clásicos. A esto se suma el paquete Ford Co-Pilot 360 con freno autónomo de emergencia. Alerta de punto ciego, mantenimiento de carril, sensor de alerta de descanso para el conductor, entre otros.
10 – La Ford Bronco Sport Big Bend cuesta $59.569.000 y la Badlands $66.318.100. Cuentan con tres años de garantía o 100.000 kilómetros.