Después de más de dos meses parada, Volkswagen vuelve mañana a producir

Horacio Alonso

Por Horacio Alonso

El comienzo del 2024 para la industria automotriz está plagado de complicaciones. La devaluación de diciembre, la caída del mercado y la baja de las exportaciones por menor demanda de algunos países golpearon al sector.
Pero de todos los problemas, la crisis de abastecimiento de piezas importadas por el corte de los envíos de proveedores del exterior ante la falta de pago, seguramente, es el más preocupante.
Esa es la herencia que dejó el ex ministro de Economía, Sergio Massa, al imponer a las empresas el autofinanciamiento de las importaciones, durante todo 2023, con la promesa de que les liberaría los dólares al cambio oficial para cancelar esos compromisos. Nunca cumplió.
El resultado es una deuda millonaria que todavía está complicando las operaciones y generando incertidumbre para poder seguir produciendo.
Como dijo, días atrás, el presidente de Toyota, Gustavo Salinas, “no sabíamos en diciembre si después de las vacaciones íbamos a poder reiniciar la producción por los problemas con los proveedores del exterior”.
La automotriz japonesa pudo. Con dificultades y adhiriendo al BOPREAL (el bono que lanzó el gobierno de Javier Milei para solucionar esa deuda), la terminal de Zárate volvió a la actividad en febrero, pero no todas estuvieron en la misma situación.
Renault y Nissan vieron demorado el regreso y, una vez que retomaron, lo hicieron con paradas permanentes.
Hay que tener en cuenta que la gran dificultad, en este caso y en los otros, la tienen los autopartistas locales que no cuentan con tanto respaldo para negociar con los proveedores externos. Las automotrices, sí. Y, en muchos casos, tuvieron que salir a rescatar a algunas pymes de capital nacional y también a alguna multinacional del rubro.
General Motors fue otra que sintió el impacto y tuvo cerrada la planta de la provincia de Santa Fe desde fin de diciembre hasta el 4 de marzo. Hace ya una semana que produce.
El otro caso y el más prolongado es el de Volkswagen. Cerró por vacaciones a fines de diciembre y tenía pensado regresar en febrero. No lo hizo por este problema. Luego fijó un cronograma para empezar a comienzos de marzo y tuvo que retrasarlo otra vez.

Producción

Ahora sí. Mañana – lunes 11 –la planta de General Pacheco vuelve a la producción y es la última en retomar la actividad este año. En ese establecimiento fabrica los modelos Amarok y Taos.
Lo hará en un turno en lugar de los dos con los que terminó el 2023. Aplicará un sistema de suspensiones rotativas: la mitad del personal trabajará 15 días y la mitad otra estará suspendida. Luego se invierte el esquema.
En principio este es el plan que regirá en marzo. A partir de abril puede modificarse.
Por estos inconvenientes y la caída de mercados externos, la producción automotriz está en baja. Toyota – el principal productor de vehículos del país – ya reconoció que en lugar de las 180.000 unidades que produjo en 2023, pasará a fabricar este año menos de 165.000. En este caso, perdieron ventas en Chile y Colombia, especialmente.
La mayoría de los terminales restantes también están ajustando para abajo. Volkswagen, por lo recién mencionado. Fiat baja 17% la producción del Cronos. General Motors, Nissan, Renault y Peugeot también tienen un plan de producción condicionado por distintos motivos. Ford parecería ser la que menos dificultades manifiesta, aunque, dependiendo de las fuentes, puede tener algún recorte. Habrá que averiguar mejor.
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