Argentina, el país donde cuando se compra un auto se pagan dos

Redaccion

La exorbitante carga fiscal en la Argentina para los automotores hace que, cuando se compra un auto, se pague por el valor de dos. Uno se lo queda el Estado.
La propiedad de vehículos está gravada con una de las cargas fiscales más altas del mundo; en los modelos alcanzados por el segundo tramo de Impuestos Internos, la incidencia llega al 99,78% del precio. Esta es la conclusión de una nota muy interesante publicada hoy por el diario La Nación que analiza, en detalle, la situación impositiva del sector.
El artículo fue escrito por el tributarista César Litvin y el presidente y CEO de Eximar, Federico Pieruzzini, representante de las marcas Volvo, Land Rover, Jaguar, MG y Geely en Argentina y Uruguay. A continuación, se reproduce la nota del diario La Nación:

En la Argentina, la propiedad y tenencia de vehículos automotores está gravada con una de las cargas fiscales más altas del mundo. Esta realidad se deriva de la combinación de impuestos nacionales, provinciales y municipales que afectan tanto la adquisición como el mantenimiento y uso de los vehículos.
En comparación con otros países de la región, como Chile, Brasil, Paraguay y con países como EE.UU., el panorama argentino resulta “disparatadamente” oneroso para los propietarios de automotores.
Los autos producidos en la Argentina pagan, entre los impuestos nacionales:
• IVA: aplica a la compra de vehículos nuevos con una alícuota del 21%
• Impuestos internos (II): denominado en su origen “Impuesto al Lujo” se aplica a los vehículos cuyos precios superen ciertos umbrales, que se actualizan trimestralmente por ARCA, en función de la variación del Índice de Precios Mayoristas elaborado por el Indec. Es un tributo muy particular y por la mecánica de liquidación, es el único en el que el propio impuesto forma parte de la base imponible, con lo cual la alícuota efectiva supera significativamente la tasa nominal.
• Impuesto a los Débitos y Créditos Bancarios: grava los débitos en cuenta y los créditos –emisión y depósito– al 0,6% en cada transacción. La incidencia estimada en la sumatoria de las etapas del proceso productivo y de comercialización asciende al 2,8%.
• Impuesto a las Ganancias: grava la utilidad neta de la actividad, cuya alícuota general es del 35%, la incidencia estimada sobre el precio antes de impuestos representa el 4,5%.
• Contribuciones patronales y ART: la incidencia del componente de Seguridad Social representa un 8,2% del precio de venta antes de impuestos.
• Impuesto a las participaciones societarias: se trata del impuesto patrimonial sobre el capital de las empresas en cabeza de los accionistas, la incidencia en el precio de venta antes de impuesto se estima en un 0,36%.
• Aranceles de importación: la incidencia estimada representa un 6,37% del precio de venta antes del impuesto.
Entre los impuestos provinciales, figuran:
• Ingresos Brutos: es el peor impuesto del sistema tributario argentino, con efecto acumulativo en cascada; significa que se aplica en cada etapa del proceso económico, con traslación plena y repotenciación en el precio. La incidencia estimada del impuesto en el precio de venta antes de impuesto representa un 5,54%.
• Impuesto de sellos: es un impuesto instrumental, nacido en la Edad Media, en la Argentina aún vigente. La incidencia representa un 2,60%.
En cuanto a tributos municipales, en la mayoría de las jurisdicciones se cobra una tasa sobre venta del vehículo que produce un “triple o cuádruple” imposición sobre el mismo bien (IVA, Internos, Ingresos Brutos, Tasa Municipal).La incidencia estimada asciende al 2,08% del precio de venta.
En síntesis, aunque cuesta comprenderlo, los autos alcanzados con el primer tramo de impuestos internos tienen una incidencia impositiva sobre precio de venta antes de impuestos del 74,97%. Mucho más insólito resulta la carga fiscal para los automotores que están alcanzados por el segundo tramo de impuestos internos, cuya incidencia llega al 99,78%. En pocas palabras, en la venta de autos, el Estado es el “socio” principal de la actividad, gana mas que el fabricante, y la incidencia impositiva es mayor al costo del vehículo.

Autos importados

La carga fiscal que soporta el precio al consumidor de un vehículo importado en Argentina, depende del origen y del valor de importación. En la intrazona (el Mercosur) los vehículos originarios de Brasil tienen un derecho de importación del 0% y en la extrazona del 35% y la tasa de estadística del 3%.
El panorama se vuelve exponencialmente oneroso para los vehículos importados de extrazona, que pagan una carga del 100% en los casos que no son alcanzados por los II, del 141% en el primer tramo y del 196% en el segundo tramo.
Enorme es el contraste de la carga fiscal comparada con otros países. En Chile es significativamente menor, con un IVA al 19%, no existen impuestos internos ni tasas municipales adicionales y la patente denominada Permiso de Circulación anual tiene alícuotas sustancialmente más bajas.
En Paraguay, la carga fiscal es de las más bajas de la región. El IVA es del 10% y la patente no supera el 1% del valor fiscal. En Brasil, la carga fiscal es importante, pero bastante más reducida que en la Argentina. El IPI (Impuesto sobre Productos Industrializados) oscila entre el 7% y el 25% según el tipo y tamaño de motores. La Patente IPVA (Impuesto sobre la Propiedad de Vehículos Automotores) varía entre un 3% a 4% del valor del auto.
Estados Unidos tiene uno de los sistemas fiscales más favorables para los propietarios de vehículos. Los impuestos a la venta (Sales Tax) varían según el estado y oscilan entre un 0% y el 10%. Algunos estados aplican un impuesto anual sobre la propiedad (pero en general son montos fijos irrelevantes con relación al valor del auto).
La excesiva carga fiscal sobre los automotores tiene varios efectos adversos; muchas personas no pueden acceder a un vehículo nuevo debido al alto costo de los impuestos, con lo cual contribuye a una preocupante antigüedad y seguridad del parque automotor.
También cabe destacar que esta sobrecarga impositiva afecta la competitividad regional en términos de costos operativos que incide en la logística y transporte.
La eliminación del Impuesto PAIS resulta acertada pero insuficiente por el entramado de impuestos nacionales, provinciales y municipales, que sobrecargan los precios al consumidor.
La estructura impositiva argentina resulta compleja, poco transparente y excesivamente gravosa. Reformular este sistema fiscal podrá fomentar una mayor accesibilidad al transporte privado de automóviles más modernos, con mayor seguridad vial y menor consumo, además de mejorar la competitividad y captar inversiones que generen empleo privado.

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