La reestructuración sindical en la planta de Toyota llegó a su fin. Después de dos años de depuración, SMATA realizó, el martes pasado, la elección para conformar el cuerpo de delegados de la terminal radicada en Zárate.
Así se cierra un proceso que comenzó con la intervención de la comisión interna de la automotriz por parte de la cúpula del sindicato de mecánicos, que conduce Ricardo Pignanelli, y que tuvo su punto máximo, hacia fines de 2024, cuando se descabezó la conducción gremial de la empresa que, por ese entonces, empezaba a cuestionar el manejo del veterano líder sindical.
Eran tiempos donde el clima interno, en materia gremial, no era el mejor. El sindicalismo peronista venía de sufrir un duro golpe con el triunfo de Javier Milei y esa tensión se trasladó al día a día de la compañía, ya que muchos trabajadores – especialmente los más jóvenes – mostraban su simpatía por el actual presidente, entonces candidato presidencial.
Ese escenario inesperado hizo que Pignanelli decidiera sacar a los delegados rebeldes, muchos de los cuales se acogieron al retiro voluntario que había dispuesto la compañía para el perso0nal en general.
Al parecer, la calificación de ´´voluntario´´ no corrió para los delegados gremiales señalados y fueron ´´invitados´´ a irse. La forma que tuvo el jefe sindical para forzar la salida fue enviar a los delegados a la línea de producción para que retomaran las funciones que tenían antes de iniciar la vida gremial y perdieran todos los privilegios que gozaban por el cargo. Duraron poco tiempo y, ante las nuevas condiciones laborales, uno a uno fueron desfilando por la oficina de Recursos Humanos para aceptar el acuerdo.
Hay que tener en cuenta que Toyota es la automotriz que mayor cantidad de empleados – llegó a superar los 8.000 – y que por cada sector del proceso de producción podía tener 15 delegados a o más. La limpieza fue amplia. Se contaron por decenas.
Descabezado el cuerpo de delgados, Pignanelli puso a su hijo, Sergio, como único referente gremial del SMATA. Desde entonces, la relación con los operarios cambió totalmente y la comunicación entre las partes fue mínima.
En A Rodar Post se publicaron varias notas en las que se hacía referencia al malestar interno entre los trabajadores.
Fue el propio Sergio quien, unos días antes al martes pasado, fue pasando, sector por sector, para avisar que se iba a hacer la elección que, desde hacía tiempo se venía esperando. En esos encuentros con los trabajadores cuestionó a los delegados anteriores por considerar que ´´hicieron las cosas mal´´ y que ese había sido el motivo de su salida. Colaboradores del gremialista pasaron después pegando, en la cartelera de cada sector, el comunicado donde se oficializaba la elección.
´´Fue como se hizo siempre. Dijo que había una elección y que cualquiera podía presentarse, pero a todos los que se le hicieron frente ya los había echado, así que no hubo oposición. Las listas de delegados ya estaban hechas y todas se hicieron con el aval de Pignanelli´´, contó a ARP un trabajador.
Según comentaron otros trabajadores, muchos de los que integraban las listas habían ingresado en los últimos tiempos a la empresa de la mano del hijo de mandamás de SMATA. Incluso hay algún caso con vínculo familiar con el joven sindicalista . ´´Con ver quién es la delegada del área de control de calidad, queda todo claro´´, insinuó, misteriosamente, otro operario.
Para realizar la elección se colocaron urnas en la entrada de cada sector fabril y se procedió ala votación. Cada sector elegía a sus delegados. En esta oportunidad, se implementó el cupo femenino por lo que algunas candidatas mujeres – que habían sido designadas por Pignanelli – ingresaban automáticamente.
Según las opiniones recopiladas, el margen de oposición es mínimo ya que cualquier intento de enfrentar a la conducción del SMATA es rápidamente sofocada mediante el cambio de funciones, movimientos de áreas o forzando una salida como sucedió en los últimos años.
Además, la mayoría de los trabajadores prefiere no inmiscuirse en la interna gremial – por desinterés o temor a represalias – por lo que avalan, de alguna forma, la conducción actual.
