El mercado automotor está atravesando un momento de incertidumbre. Como se dice en el mundo financiero, es tiempo de «wait and see».
El resultado de las elecciones y, especialmente, su impacto en la cotización del dólar provocó una desaceleración en la actividad de estos días de septiembre.
Los dealers no están seguros a qué precio vender y los consumidores no tienen claro si es mejor esperar.
Ya agosto había mostrado un cierre trabajoso para cumplir con los objetivos comerciales que tenían las concesionarias y los descuentos fueron clave para atraer compradores que se caracterizaron por la especulación. Pero la votación del domingo suma un factor más a tener en cuenta en el sector.
Con la apertura del tipo de cambio oficial en alza, la semana empezó con mucha cautela y con escenarios distintos, según la marca o concesionaria consultada, aunque el balance general apunta a un impasse para dejar correr los días a la espera de una definición del rumbo cambiario.
Esto se debe a la diferente situación de cada empresa. Por ejemplo, en un agencia Ford de una provincia importante reconocieron un freno de las ventas: «se paró todo», dijo su dueño a A Rodar Post. Desde otra concesionaria de la misma marca pero de una provincia vecina, mostraron un panorama inverso: «Tenemos una semana con varias ventas concretada».
La diferencia entre una y otra empresa puede tener que ver con la necesidad de cada una de hacer caja y, acorde a esto, cuál es el nivel de rentabilidad que está dispuesta a ceder.
Las concesionarias que no estén urgidas financieramente sostendrán mayores precios de transacción, mientras las que están en la vereda de enfrente no tendrán más remedio que apelar a descuentos.
En una concesionaria Volkswagen del gran Buenos Aires señalaron a este medio que, después de un lunes sin facturación de vehículos, desde la automotriz habían comunicado ayer que se retomaba la actividad en las mismas condiciones que habían cerrado el viernes. Es decir, con los mismos precios.
Con este nuevo contexto político y un dólar más caro hay que meditar con más profundidad la decisión a tomar.
La preocupación que existe entre los vendedores es que la devaluación de esta semana implique una suba de los precios por arriba de los esperado. Se viene de dos meses de aumentos promedio del 5% mensual.
Desde una de las principales automotrices bajaron la información a la red de que los precios de sus modelos siguen atrasados respecto al tipo de cambio y que los irían corrigiendo gradualmente.
Desde una concesionaria de otra automotriz informaron que desde la terminal estaban evaluando hacer un nuevo aumento, que se sumaría al 4% realizado a comienzo de septiembre, si el dólar no bajaba en los próximos días.
«Seguramente, nos comentaron desde la terminal de forma extraoficial, harían un nuevo ajuste», señaló el gerente de una concesionaria.
En el caso de algunas marcas que tienen listas de precios en dólares de algunos modelos están haciendo descuentos para poder vender. Por ejemplo, en una concesionaria Honda de zona norte bonaerense reconocieron que la demanda está frenada y están ofreciendo algunas rebajas en modelo como CR-V, Accord y Civic.
Una nueva suba de precios por parte de las terminales pondrá más difícil las cosas para las concesionarias que deberán recortar sus márgenes para poder vender.
El panorama que se dibuja en el horizonte de los próximos meses se ve complicado por el ruido político.
«Se vienen seis o siete semanas difíciles», dijo el dueño de una concesionaria Toyota, en alusión al tiempo que falta para las elecciones nacionales.
El problema es que cualquier ajuste de precios va a repercutir en la demanda y la política comercial dependerá de la decisión de cada marca respecto a si quiere mantener su participación de mercado o proteger su rentabilidad.
El presidente de Renault, Pablo Sibilla, reconoció días atrás que los niveles de tasas son altos y que irían reduciendo sus propuestas de crédito a tasa 0%, aunque esto impacte en sus operaciones: «nos puede costar perder ventas», dijo y remarcó que están en un período de defender la rentabilidad.
No sería la única automotriz que esté en este camino, más ahora que el dólar presiona.
Por eso, lo que resta del año va a mostrar una dureza mayor en cuanto a precios por parte de algunas empresa, pero la competencia podría hacer que otras traten de ganar mercado con una estrategia comercial más agresiva.
Hay que tener en cuenta que están empezando a llegar los autos bajo el régimen de importación sin arancel, en gran parte de origen chino, que buscarán marcar su presencia con precios atractivos.
Ante esto, el comprador tendrá que estar atento en ver cuál es la mejor oportunidad para comprar porque puede haber mucha disparidad de precios.