El año automotor termina con un mercado bastante distinto a como lo comenzó. La devaluación de diciembre del 2023 provocó una fuerte suba de los precios que, a lo largo del 2024, se fueron acomodando a través de los descuentos que hacen las fábricas y las concesionarias.
También reapareció la financiación, ante el descenso del índicede inflación, y esto ayudó a impulsar la demanda y compensar la desaparición de compradores oportunistas que ya no encuentran beneficio para el consumo por la brecha cambiaria.
Otro cambio que se percibe es el incremento de la oferta de modelos, tras la eliminación de las restricciones a las importaciones.
Este último factor, en un contexto macro más estable, permitió el regreso de modelos del segmento chico, como el Fiat Mobi y el Renault Kwid. También se produjo la llegada del Hyundai HB20.
Sin posibilidad de importar y con escasez de dólares, las marcas apostaron a sobrevivir los último años del gobierno de Alberto Fernández con la venta de modelos de segmentos más altos que permiten mejor rentabilidad.
También hubo una recuperación del poder adquisitivo de algunos sectores de la sociedad que, con un dólar planchada, mejoraron en dólares.
En septiembre, hace exactamente tres meses, Arodarpost publicó una nota que analizaba la cantidad de salarios mínimos que se necesitaban para comprar el auto 0km más accesible del mercado que, en ese momento, era el Fiat Mobi y su evolución en los últimos años (Ver nota).
En ese caso, se necesitaban 71 salarios mínimos.
Con la llegada del Kwid esa relación mejoró un poco, ya que el vehículo de la marca francesa vale um poco más de un millón menos y el salario mínimo vital y móvil subió en octubre. Es decir, la mejora no se produce tanto por un mayor ingreso, sino por una oferta más accesible.
Se requieren, ahora, cinco sueldos menos que hace dos meses.
El SMVM es de $271.571, con el último ajuste de octubre, mientras que el modelo de Renault vale $17.900.000. La cuenta da, exactamente, 65,9 sueldos.
Medido en dólares, el Kwid cuesta u$s16.500, el segundo valor más alto de la región, salvo Bolivia que se vende a más de u$s18.000 (Ver nota).
Se podría tomar otro tipo de salario (el sueldo promedio de la economía o el salario industrial), pero vengo haciendo, desde hace años, la comparación siempre con el SMVM qué, alguna forma, es una referencia. Más cuando se compara con otros países donde la forma de medir el salario promedio difiere. Con el salario mínimo hay menos confusión. Una aclaración para los que van a cuestionar la comparación.