Por Horacio Alonso
“La mayoría de los autos están alcanzados por los Impuestos Internos. Eso hay que revisarlo. Doy un ejemplo extremo. Lanzamos el X-Trail e-POWER en $30 millones en julio del año pasado. Hoy vale $110 millones. No voy a hablar de rentabilidad, pero créeme que ahora es malísima. Ese precio, medido en dólares, ¿cuánto es de impuestos? Más o menos 75%”.
La frase pertenece al presidente de Nissan Argentina, Ricardo Flammini. La pronunció en un evento de la marca realizado ayer donde insistió, en distintos momentos, en la necesidad de reducir la presión fiscal.
El ejemplo citado sirve para comparar los que pasan con la presión fiscal en la Argentina con otros países.
El modelo de Nissan que en la Argentina se vende en $110 millones, unos u$s100.000, cuesta en Chile alrededor de u$s46.000, la mitad (ver imagen)
El país vecino tiene una economía abierta con bajo nivel de aranceles y no cuenta con industria automotriz que proteja.
En el caso de este modelo, con tecnología eléctrica, tampoco es necesaria una protección en la Argentina ya que no se produce en el país.
La alta carga tributaria se explica sólo por la voracidad fiscal.
Si Chile no es el mejor ejemplo para comparar, en España cuesta 52.000 euros.
En la Argentina, el X-Trail debe pagar el arancel externo del 35%, tasa de estadísticas, IVA, Ingresos Brutos, anticipo de IVA y de II.BB, más la segunda escala de Internos o, como se lo conoce, del impuesto al “lujo”.
Con todo eso, queda fuera del mercado y sólo para un público muy exclusivo.
Para colmo, hace más de un año que se cayó el beneficio fiscal que tenían los vehículos “ecológicos” y no hay señales de renovación por lo que se perdió ese incentivo.